Jazz en Providencia: el gran festival vuelve a ser gratuito
Tres mil entradas se repartirán cada noche para los conciertos del 14, 15 y 16 de enero en el Parque de las Esculturas. Se anuncia a saxofonistas de estatura mundial como Rudresh Mahanthappa y Donald Harrison, y un homenaje al fallecido Alfredo Espinoza.
El Festival de Jazz de Providencia de 2005 no solo se recuerda como el más largo, con cinco noches seguidas, sino también como el primero en que el público tuvo que pagar su entrada. Eso, porque los organizadores no quisieron volver a experimentar las virtualmente caóticas ediciones de 2003 y 2004, cuando el encuentro jazzístico se trasladó al Parque Balmaceda, debido a la ejecución de obras viales de la Costanera Norte. Entonces esa gratuidad estuvo acompañada de una total falta de control, que atrajo a cientos de personas en planes muy distintos al de escuchar música al aire libre.
Ayer, la Fundación Cultural de Providencia anunció que el festival volverá a ser gratuito. Para cada noche del 14, 15 y 16 de enero se repartirán tres mil invitaciones (dos por persona), gracias a la alianza que logró con una clínica de la comuna, que aportará $35 millones. El festival tiene un costo total de $185 millones, que por cifra lo hace el más importante en el circuito. Por números, por historia y sobre todo por la curatoría que desde hace tres años produjo un giro en el enfoque de sus programaciones. “En este festival todos los músicos son de excelencia, pero además contamos cada vez con una leyenda del jazz. Así, situamos al festival en el mapa mundial”, señala el curador Roberto Barahona, recordando al saxofonista alto, fallecido en septiembre, Phil Woods, y al trompetista Tom Harrell, estelares en versiones predecesoras.
El nombre que lidera el cartel es el altoísta de origen indio con base en Nueva York Rudresh Mahanthappa, un músico que ha puesto de cabeza a la escena actual con su ángulo de observación del post bop. Fue escogido el saxofonista y el compositor del año, y su disco “Bird calls” ganó las elecciones de 2015 de la revista Downbeat. Justamente con ese quinteto vendrá a Chile.
Otro saxofonista, de Nueva Orleans, es Donald Harrison. Muy conectado a las raíces del jazz por su origen y por su orientación, Harrison integró los Jazz Messengers de Art Blakey en los años 80, grabó con el baterista Roy Haynes y colaboró con Miles Davis. A Providencia llega con su quinteto.
El tercer extranjero es el ruso Zhenya Strigalev, quien será saxo alto solista en el concierto que el Ensamble Quintessence dedicará a la memoria del recientemente fallecido jazzista chileno Alfredo Espinoza. “Arreglamos seis composiciones que él tenía en un cuaderno enorme, lleno de música. Ni siquiera titulaba las piezas, las reconocía por números. Nadie le conocía esa faceta de compositor”, cuenta el guitarrista Roberto Dañobeitía. El material de Espinoza fue orquestado por cinco músicos del ensamble. Los tres invitados internacionales, además, dictarán clases magistrales en el Palacio Schacht.
El cartel de invitados nacionales se completa con el cuarteto del pianista Mario Feito, que desarrolla un jazz camerístico con sonidos que incluyen el cello de Mariana Gutiérrez, y el trío que opera en Estados Unidos el vibrafonista Diego Urbano, el primer músico latinoamericano elegido por el Thelonious Monk Institute para estudiar en su clase de élite durante dos años con figuras como Wayne Shorter y Herbie Hancock. Aquí presentará la música del venidero disco “All the wrong notes”.
Una nueva voz Le bastó una aparición en las jam sessions de Thelonious para que los curadores pusieran ojo y oído en Natalia Ramírez (26). Integrante del conjunto de ska y jazz Santiago Downbeat y habitual cantante de la orquesta Big Guns, Ramírez es una debutante peculiar: directo al festival. Presentará un repertorio de standards junto a un cuarteto con el pianista Sebastián Castro y el saxofonista Cristián Gallardo.