El grupo de ciudadanos que busca revitalizar las plazas de São Paulo

¿Las plazas son poco aprovechadas porque nadie va o nadie va porque son poco aprovechadas? Esa fue la pregunta que un grupo de moradores de la ciudad de São Paulo se hizo en 2008.

Se cuestionaron porqué ya casi ningún niño jugaba en plazas del emblemático sector de Lapa (que cuenta con uno de los mercados más grandes y tradicionales de esa metrópolis, además de la histórica iglesia de Nossa Senhora da Lapa) y de Pinheiros (en el cual se localiza el turístico barrio Vila Madalena); porqué las parejas, antes abundantes, ya no se juntaban ahí; por qué los vecinos ya no se encontraban los fines de semana… Y decidieron que tenían que hacer algo.

Así nació el Movimento Boa Praça, una iniciativa de personas que quieren vivir en una ciudad más humana. Su intención es movilizar ciudadanos, empresas, gobiernos e instituciones para ocupar y revitalizar los espacios públicos, en especial las plazas de la ciudad, devolviendo a ellas su propósito inicial: el de ser un lugar de convivencia, entretención, debate e inclusión.

Desde entonces, un grupo de vecinos se organiza para realizar picnics comunitarios, charlas, cursos, acciones educativas, voluntariados en plazas de São Paulo, además de revitalizarlas con nuevos juegos, bancas para sentarse, iluminación, limpieza y pintura. Hasta ahora, ya han cuidado 50 plazas de la ciudad.

El movimiento cree que cuando la ciudad se torna más humana, también se vuelve más segura. Y que las plazas juegan un rol fundamental en eso.

Conversamos con Carolina Tarrio, una de las fundadoras del movimiento y ella nos dijo que cuando empezaron a tocar los timbres de los vecinos para invitarlos a un picnic, “ellos nos miraban como si estuviéramos locos“. Pero al conocer la iniciativa, poco a poco las personas se fueron acercando al movimiento.

Hoy, el grupo ha incorporado bibliotecas en varias plazas y también ha incentivado la presentación de artistas a los fines de semana. “En esos encuentros, que siempre tenían algo de lúdico, alguna actividad más recreativa (música, cine, talleres, juegos) y otra de recuperación del espacio (pintura, arreglos, plantíos) las personas se fueron conociendo, acercando, algunas haciéndose amigas y nos fuimos dando cuenta que alrededor de una plaza siempre hay muchos talentos y muchos recursos que se pueden utilizar. Siempre alguien sabe cantar, tocar, enseñar, arreglar. Y siempre alguien tiene un poco de madera o de pintura que sobró. ¡Así que con poco recurso pero con ganas, se puede hacer mucho!“.

Carolina dice que fue vital para una metrópolis como São Paulo que se plantara una semilla de que el espacio público es de todos, que hay que ocuparlo, vivirlo, mejorarlo. “Aquí se vivía algo muy individualista, muy paranoico, con cada uno ocupándose apenas de su vida, encerrándose detrás de muros cada vez más altos, con miedo. No te digo que el Movimento Boa Praça solito cambió todo eso, pero creo que esa era una necesidad que había dentro de mucha gente, de conectarse, de hacer de su ciudad algo más humano, de actuar. Y nosotros de algún modo colaboramos con eso, mostramos un camino, inspiramos a otros movimientos y personas“.

Tras el surgimiento de Boa Praça, varios grupos han pedido su ayuda para realizar huertos comunitarios, arreglar espacios públicos y realizar presentaciones culturales pensando en mejorar Sao Paulo.

En 2013 el grupo solicitó un proyecto de ley sobre Gestión Participativa de Plazas que fue promulgado este año y en el que ahora están incorporando nuevos proyectos. Pero el movimiento acredita que las reformas deben partir de los vecinos de las plazas y que los cambios que empiezan “de arriba hacia abajo” no sirven.

Cuanto más la gente participa, más esos espacios ganan sentido, se utilizan, se viven. Carolina dice que “hoy me siento más segura y protegida en mi barrio porque conozco a la gente que tengo alrededor, tengo nuevos amigos, mis hijos tienen espacios verdes donde jugar y compartir con otros chicos. Me siento una ciudadana totalmente distinta a la que era. Hay un sentimiento de pertenencia, de arraigo, una sensación que cambia y que es impagable“.

¿Y tú, has visitado las plazas cercanas a tu casa?