Reconstrucción de 54 iglesias de la Sexta Región entra en tierra derecha
A casi seis años del gran terremoto:
Fundación La Santa Cruz ha coordinado el rescate de sedes parroquiales que fueron impactadas por el 27-F. Cuentan con fondos estatales por $19.500 millones para 21 templos, y para terminar necesitan $1.000 millones más.
Puede ser la imagen simbólica del desastroso paisaje que dejó el terremoto en la Sexta Región, pero al mismo tiempo es una escena que se repitió en cada lugar donde una iglesia centrina se vino abajo esa madrugada. “Vi al cura en short y polera sentado encima de un cerro de escombros de adobe sin saber qué hacer”, recordaba el historiador del arte Fernando Guzmán cuando llegó a la localidad de La Compañía, en la comuna de Graneros.
La iglesia jesuita de 1758, orgullo de la comunidad, había quedado completamente destruida. Pero seis años después es uno de los emblemas de un proceso de reconstrucción de patrimonio religioso que se está llevando a efecto casi en silencio con esa pieza arquitectónica y con otras 53 repartidas por ese territorio.
“Las comunidades reaccionaron inmediatamente ante el impacto. Antes incluso que la ayuda que entregó el Estado. Organizaron bingos, rifas, ventas gastronómicas para reunir los primeros fondos. O haciendo mezcla y poniendo ladrillos”, dice Roberto Urbina, director ejecutivo de la Fundación La Santa Cruz, que coordina este plan de rescate. “Las iglesias no son solo un edificio. Representan una parte fundamental en la historia de las personas que viven en esas localidades. Allí se casaron sus padres, se casaron ellos, bautizaron a sus hijos. Por eso es doblemente importante reconstruirlas”, agrega.
Existen 64 sedes parroquiales en la Sexta Región. Diez de ellas soportaron el terremoto, pero otras 54 tuvieron daños de distinta consideración. Unas 40 son tratables y 15 quedaron destruidas o debieron ser demolidas. “De esas 40, ya contamos con el financiamiento estatal de $19.500 millones para recuperar 21. Aún nos falta”, explica Urbina, y de paso subraya que en este proceso también han contado con donaciones privadas.
“Desde el período colonial, la Sexta Región fue una de las zonas más pobladas y económicamente más poderosas. Se levantaron muchas iglesias, que fueron recibiendo donaciones”, explica Guzmán. “Es una región donde puedes encontrar ejemplos arquitectónicos coloniales, como en Guacarhue o Ciruelos, o de los siglos XIX y XX, con tecnologías diversas, adobe o mampostería en ladrillo”, agrega.
Para la iglesia de La Compañía, por ejemplo, fueron aprobados $1.467 millones provenientes del Gobierno Regional de O’Higgins, y en octubre inició su proceso de reconstrucción. Se espera que esté entregada en diciembre de 2016.
Estados de avance
El proceso sigue en marcha. A mediados de diciembre se entregaron las iglesias de Las Cabras ($877 millones) y de Pichilemu ($1.079 millones), que se suman a las ya terminadas en Paredones ($824 millones), Peralillo ($1.289 millones) y Chépica ($990 millones), uno de los ejemplos de un rescate eficiente: su nave quedó cien por ciento destruida y hoy está de vuelta a la comunidad.
Otras están actualmente están en obras: la iglesia de Malloa, cuyos daños estructurales obligaron a las autoridades a prohibir su uso. Con $1.153. millones, se espera que vuelva a la comunidad en marzo próximo. Lo mismo con los templos de San Vicente de Tagua Tagua, con $1.168 millones, y Cunaco, con $457.106, que estarán listas en junio.
“Estamos en la tierra derecha para finalizar la reconstrucción. Faltan cinco templos que no tienen financiamiento, entre ellas la de Zúñiga, que es Monumento Histórico. Para las otras cuatro se requieren unos $1.000 millones más”, contabiliza Urbina. “Y para ello volveremos a la búsqueda de donaciones de privados, que era la idea original antes de contar con fondos estatales. La comunidad tiene una religiosidad tradicional muy fuerte. La gente está comprometida y eso es fundamental”, cierra.