Cobquecura sin fuegos artificiales y Arica apenas aprueba el Morro
Complicaciones para los festejos de Año Nuevo:
Darán la vuelta a la cuadra con sus maletas y comerán lentejas a medianoche, pero los habitantes de Cobquecura, Región del Biobío, no lanzarán fuegos artificiales para celebrar el nuevo año. El motivo no es la falta de presupuesto -el municipio pensaba gastar $9 millones-, sino respetar el sueño de unos dos mil lobos marinos que viven en las playas de esa caleta.
El ruido y las luces los molestan bastante. Esa, al menos, fue la lección que dejó la celebración del año pasado cuando se lanzaron los fuegos desde baterías ubicadas a 600 metros de las loberías, las que están en una formación rocosa.
Eso sí, lugareños y turistas tendrán ramadas y otras entretenciones.
Unos 2.491 km al norte, en Arica, también hay problemas con una de las formaciones rocosas más históricas y emblemáticas del país: el Morro.
El municipio confirmó al peñón como una de las tres plataformas de lanzamiento, pese a que informes de los dos últimos años de organismos como el Servicio Nacional de Geología y Minería advierten de cuatro puntos críticos. Por ello habrá restricciones al acceso y circulación de personas y vehículos en el faldeo sur, donde hace nueve meses hubo un derrumbe tras los daños dejados por un terremoto 8,2 Richter en abril de 2014. El espectáculo costará $75 millones.