Gobierno pedirá a Unesco ampliar Reserva de la Biósfera en Juan Fernández
Conaf sostiene que deben ser conservadas las zonas marítima y terrestre.
El gobierno solicitará el próximo mes a la Unesco una ampliación del área denominada Reserva de la Biósfera del Archipiélago Juan Fernández. La aspiración del Ejecutivo es que la denominación -que fue entregada por el organismo en 1977- se extienda a 1.216.483 hectáreas marinas y terrestres, lo que además incluiría al sector urbano de San Juan Bautista, capital de la isla.
La Corporación Nacional Forestal (Conaf), que lleva adelante este proceso, a comienzos de diciembre firmó un acuerdo con la municipalidad, agrupaciones de turismo, de pesca, entidades ambientales y vecinos, para entregar el expediente a la entidad internacional con información y el apoyo de los habitantes del lugar.
Claudio Ilabaca, jefe de Patrimonio Silvestre de la Conaf de la Región de Valparaíso, explica que el gobierno tomó la decisión de aumentar la protección de este ecosistema ya que es “uno de los más frágiles del país”. El experto precisa que la Reserva de la Biósfera hoy cubre al sector terrestre, pero no marítimo, con un total de 9.967 hectáreas, es decir, el área del parque nacional.
Pero la ambición de los vecinos y de la Conaf es que esto se amplíe hacia el océano, uno de los mayores valores: de allí se extraen alimentos -cuyo producto más relevante es la langosta-, sirve de escenario para el turismo y como refugio de biodiversidad única.
Zonas
La presentación de la Conaf al ente internacional incluye que haya una zona de conservación en las islas (ver infografía). Así, el sector más amplio que se pedirá proteger es el sector marítimo o de “transición”.
Marcelo Leguía, geógrafo que ha trabajado en el plan de manejo del Parque Nacional Juan Fernández, dice que se incluyó el sector urbano porque “las personas deben ser parte de la conservación del sitio donde viven. Así, la idea es que los vecinos sigan realizando programas como la certificación de la pesca de langosta o el turismo sustentable”.
La mayor parte del territorio posee la categoría de área silvestre protegida, pero se ha deteriorado en los últimos años. “Es relevante todo el ecosistema, porque tiene amenazas como especies invasoras o bien la extracción desmedida de recursos”, indica Leguía. De esa manera, especies como el picaflor local -quedan 600 ejemplares- seguirá siendo conservado e investigado, tal como la langosta, que puede ser extraída, pero con respeto a su ciclo biológico.
Alex Muñoz, director ejecutivo de Océana, organización ambiental que ha efectuado expediciones científicas al lugar, coincide con que hay que proteger el área marina: “tiene un número altísimo de especies únicas en el mundo y una abundancia excepcional de peces, quizás la mayor de todo Chile”.