Ramal Talca-Constitución cumple 100 años y anuncian plan para restaurar sus estaciones
Unir el valle y la costa de la Región del Maule mediante un servicio ferroviario es una idea que surgió a fines del siglo XIX con el objetivo de facilitar el traslado de los habitantes del sector y de la mercadería agrícola y ganadera que se producía en la zona.
Fue así como esta idea dio origen al ramal Talca-Constitución, un proyecto que empezó a funcionar como tal el 19 de diciembre de 1915, cuando unió las ciudades en un recorrido de 88 kilómetros de extensión que demora alrededor de tres horas y que tiene 10 estaciones (Colín, Corinto, Curtiduría, Gonzalez Bastías, Toconey, Pichamán, Forel, Huinganes, Maquehua, y Constitución).
Durante las décadas previas, el trazado se fue concretando por tramos, siendo el primero de éstos uno que cubría 33 kilómetros entre Talca y Curtaduría, inaugurado en 1892, y que dos años más tarde llegó hasta la localidad de Pichamán.
La conectividad que esta infraestructura le ha entregado a los habitantes del Maule desde su puesta en marcha junto con la posibilidad de desarrollar una comunidad en torno a su vía férrea, le permitieron que en 2007 fuera declarado Monumento Nacional, al igual que los buscarriles que lo integran y sus 10 estaciones.
El mes pasado, este ramal cumplió 100 años de existencia y se convirtió en el último ramal de Chile que sigue funcionando, aunque el estado de su infraestructura, particularmente de sus estaciones, esté deteriorada producto del paso del tiempo.
Por este motivo, la Empresa de Ferrocarriles del Estado (EFE) inició el pasado 7 de diciembre la restauración de la Estación Talca, la que se estima que demore 12 meses y que requiera de una inversión de $3.500 millones de pesos.
A esta parada, se espera que durante este año se inicien los trabajos de recuperación en las estaciones Colín, Corinto y González Bastías, una vez que tengan el financiamiento necesario y que se hayan licitado los trabajos. Respecto a las demás estaciones, se pretende restaurarlas paulatinamente.
Junto con la restauración de las estaciones del ramal, también se financiará la compra de nuevos carros. Acerca de esta iniciativa, el Presidente de EFE, Jorge Inostroza, dijo a El Mercurio que “estamos buscando dónde se fabrican, y no queremos que sea un tren moderno, sino que se adecue a lo que tenemos acá”.
Los nuevos carros se estima que tendrán un costo de US$ 8 millones que serán de los fondos del Transantiago, el mismo que anualmente le otorga $350 millones al año al ramal para las mantenciones de la vía y para la rebaja de pasajes.
Referencias: Consejo de Monumentos Nacionales (CMN), Memoria Chilena, EFE y El Mercurio.