Transantiago: la batalla contra la evasión se instala en redes sociales
Por M. Valencia y S. Sottorff.
Nueva estrategia muestra el impacto de esta falta en la calidad del sistema
Gobierno aspira a reducir en hasta ocho puntos los pasajes impagos, pero expertos dudan de que la campaña surta efecto.
El último dato conocido dice que la evasión en el Transantiago está en su máximo histórico: 28,7%. Correspondiente al trimestre julio-septiembre de 2015, la cifra revela además que el problema ha crecido en 15 puntos porcentuales desde 2007, cuando el sistema de transporte debutó en la capital, pese a las campañas y a las leyes y sanciones implementadas por el Gobierno.
Así, los operadores pierden hasta US$ 150 millones anuales, una sangría abierta para un sistema que, en paralelo, recibe subsidios por US$ 213 millones al año.
En una cuarta arremetida antievasión, ayer el Ministerio de Transportes lanzó una campaña basada en un video y en piezas gráficas, cuyo foco es mostrarles a los usuarios cómo la evasión daña la calidad del Transantiago.
Según el director de transporte público metropolitano, Guillermo Muñoz, el objetivo es reducir la evasión al 20% o 22%, tal como en Valparaíso o Concepción. “La campaña viene a acompañar esfuerzos que se han hecho en 2014 y 2015 para combatir este problema. Buscamos aumentar significativamente el control, las fiscalizaciones de nuestros equipos que trabajan con Carabineros y coordinar la fiscalización con las empresas”, explica.
Para Raimundo Cruzat, ex coordinador del Transantiago, la campaña “ayuda, porque la evasión ha sido dejada de lado. Sin embargo, no va a resolver el problema. Es una de las medidas que hay que tratar, pero no va a bajar tanto en el corto plazo”.
A su juicio, lo que se necesita es más infraestructura (más zonas pagas), mejor tecnología para validar las tarjetas bip! y que la fiscalización y las sanciones a los evasores sean instantáneas.
Rodrigo Troncoso, especialista en transportes de Libertad y Desarrollo, ve “difícil” que la campaña surta efecto, “porque las anteriores no lo tuvieron”. Plantea que hoy la evasión es socialmente aceptada y goza de impunidad. “Tiene que haber un cambio social potente, acompañado de otras medidas que involucren a los choferes como fiscalizadores”, sugiere.
El desapego de algunos con el pago de la tarifa es tal que en redes sociales circula hasta un “Manual para la buena evasión”, con recomendaciones para eludir la validación tanto en el metro como en los buses.
El “manual” indica los “mejores horarios” para evadir e instruye sobre cómo reaccionar ante la aparición de un fiscalizador.
Muñoz rechaza este tipo de instructivos, advierte que los evasores cometen un delito y se exponen a multas de hasta $67 mil y recuerda que no pagar la tarifa termina perjudicando a los usuarios que “con esfuerzo y sacrificio pagan su pasaje”.
97 mil multas se cursaron en 2015 a pasajeros de buses, luego de 1,8 millones de controles.
355 estaciones de trasbordo exhibirán afiches. Habrá 250 mil volantes informativos.