Temperaturas 2015 marcan récords en zona central
Temperatura media subió en casi todo Chile, con récords en Curicó, Chillán y Santiago, que tuvo la mayor alza en 102 años. Termómetro en el centro del país sube a un ritmo superior al del planeta.
Al graficar los datos de temperatura máxima en la Región Metropolitana queda en evidencia el sostenido calentamiento de los últimos años. La diagonal ascendente culmina en los 24,4 °C que resultó ser el promedio de las temperaturas máximas de todo el 2015 y que es un nuevo récord: 0,9 °C más alto que en 2014 y el máximo valor en más de 100 años.
El fuerte fenómeno de El Niño, que afectó la temperatura global (ver página 4), tuvo algo que ver, pero también una tendencia al alza atribuida al cambio climático, señala Claudia Villarroel, meteoróloga de la Dirección Meteorológica de Chile (DMC). De acuerdo a la especialista, la temperatura en la zona central ha aumentado 0,24 °C por década, un ritmo superior incluso a lo que sube en el planeta (0,15 °C).
Fernando Santibáñez, académico de la U. de Chile y director del Centro de Agricultura y Medio Ambiente (Agrimed), dice que el clima de la zona central tiene una clara tendencia al alza en las temperaturas, muy marcada desde los 80. “En la primera década de los 2000, esta tendencia parece haberse acentuado, una tónica en todo el mundo. Es probable que estemos entrando a una etapa donde los cambios climáticos se irán haciendo evidentes a una velocidad creciente por algunas décadas más, hasta lograr una nueva estabilidad”, señala.
Los datos de la DMC muestran que las temperaturas medias y máximas en 2015 subieron en casi todo Chile respecto a 2014 y al promedio histórico -excepto en Punta Arenas- mientras en Curicó y Chillán se rompieron récords, más de 1 °C sobre el promedio histórico (1961-1990).
Esta alza ya tiene impactos en la agricultura, dice Santibáñez, especialmente en la producción de frutas. “Las ondas de calor nunca son bien recibidas por las plantas”, dice. Se han observado problemas al inicio de la formación del fruto, en su calibre y calidad, en especial la capacidad para resistir el viaje hacia el Hemisferio Norte, además de problemas de plagas que se han vuelto más agresivas, entre otros. “Se agrega a esto, el alza de la frecuencia de ondas de frío, que paradójicamente son consecuencia del calentamiento global, por eso han aumentado las heladas polares en toda la zona central. El alza en la temperatura estaría siendo la causa del aumento del viento en ciertos sectores, que también es un factor adverso para la agricultura”, sostiene.
En general, el verano de 2015 estuvo entre 1 °C y 4 °C por sobre lo normal, el otoño e invierno también fueron notablemente cálidos, y sólo en primavera estuvo algo más fresco de lo normal. “El Niño se hizo presente con impactos a partir de la primavera, pero en invierno el anticiclón se vio reforzado, lo que hizo que no se produjeran eventos de precipitación importantes. Fue un primer trimestre cálido y seco, luego más frío y lluvioso”, dice Villarroel.
Aldo Montecinos, doctor en oceanografía y experto de la U. de Concepción, explica que la primavera lluviosa es típica del fenómeno de El Niño, que también debió provocar un invierno lluvioso, pero que habría que estudiar por qué no pasó.
Por ahora lo que se sabe es que el anticiclón del Pacífico estaba más al sur de lo normal, lo que impide que entren sistemas frontales. “Que esté más al sur es esperable por variabilidad natural (Oscilación Decadal del Pacífico en fase fría), pero también por el cambio climático antropogénico”, dice.
Otro extremo del año fueron las olas de calor -tres días consecutivos en que la temperatura supera el 10% de las máximas históricas-, como la anunciada hasta hoy, que llegaron a cuatro en Santiago (son tres, en general) y a siete en Curicó. Se espera que en el futuro, los días con calor sobre el promedio superen los 30 en el año, con consecuencias para los ecosistemas y la salud humana.