Cierran relleno Santa Marta por incendio en área derrumbada
La basura expuesta tras el derrumbre del fin de semana ardió con las altas temperaturas.
Una nueva emergencia se sumó al cuestionado relleno sanitario Santa Marta, tras declararse un incendio en el área de 400 metros de extensión que quedó expuesta luego del derrumbe del fin de semana. En horas de la tarde y tras las altísimas temperaturas, las basuras que quedaron al aire se incendiaron producto del calor, provocando una emergencia que sobrepasó a los equipos de bomberos. “En estos momentos se cerró el relleno a cualquier operación, el fuego está ardiendo pero no está siendo apagado por lo inestable de la zona y por las emanaciones de gases que hay en todo relleno”, confirmó el alcalde de Talagante, Raúl Leiva. “Estamos pidiendo poder apagarlo por aire, es la única forma”, sostuvo el edil.
Durante la tarde de ayer el viento llevaba el humo hacia el sector de Buin. Esta situación preocupó aún más a los vecinos, que tras el derrumbe siguen sufriendo las malos olores emanados, los que se extenderían por varios días más, según señaló el Seremi de Salud de la RM.
“Este era un valle súper bonito antes de que pusieran el relleno sanitario. Habían águilas, conejos; ahora todos se fueron o se murieron”, dice Patricia Berríos, vecina del ex Fundo Cardenales, ubicado justo a los pies del relleno sanitario de Santa Marta, en Lonquén, y una de las vecinas más cercanas al derrumbe.
Para los vecinos más cercanos, estas últimas noches se ha transformado en un tormento. Con la puesta del sol llegan los vientos desde la cordillera, acarreando los nauseabundos olores a basura, y que con la ola de calor, se intensifican mucho más. “En la noche no se puede dormir. El olor lo impregna todo”, se lamenta Ana Cisternas, de 74 años. Como es zona rural, dependen del agua de los pozos para abastecerse, los cuales desde hace unos días muestran turbiedad, según denuncian los vecinos.
Nicole Fajardo tiene su casa más cerca del cerro y su acequia baja justo de la quebrada donde está el relleno. “Desde finales del año pasado el agua, en vez de ser normal, transparente, baja de un color entre negro y burdeo, asquerosa”. El incendio empeoró la sensación de inseguridad, en medio de la desinformación que acusaban los vecinos, tras el derrumbe. Viviendo al lado del relleno no han sido alertados por ninguna autoridad o por la empresa, y tampoco saben si hay riesgos o cómo protegerse de los efectos de la zanja.
Un ex trabajador de la planta Santa Marta, que no quiso identificarse, dijo que desde hacía varios meses se venían detectando problemas con la recirculación de líquidos, lo que estaba creando “una clase de río subterráneo que corría quebrada abajo”. Al traspasar el muro de contención, el líquido del material desplazado infiltrará las napas, advierte.
Su hipótesis concuerda con uno de los pocos especialista en residuos peligrosos que hay en el país, y académico de la U. de Chile, José Arellano. “Cuando ocurren deslizamientos como éste, generalmente es porque hay un exceso de líquido al interior del relleno. Afortunadamente ocurrió en verano y no en períodos de lluvia tipo fenómeno de El Niño, que son las que se esperan para este invierno. El resultado pudo haber sido un aluvión quebrada abajo”, alertó el especialista. El seremi de Salud Carlos Aranda reiteró que “los riesgos están controlados y en permanente monitoreo”. Pero para Andrés Zollner, vocero de la Coordinadora de Asambleas Ciudadanas de Talagante, la desconfianza está instalada. “Exigimos una comité de expertos independientes que evalúe los reales riesgos para la salud, y desde ahí pensar en una solución que nos de garantías”.