PDI investigará toxicidad del humo en Santa Marta y la calidad del agua
Por J. Matus, X. Bertin y A.Lingua.
Nuevas diligencias de equipos especializados buscan conocer causa y efectos de la emergencia.
Conocer el real nivel de toxicidad del humo que durante la mañana del martes cubrió Santiago y que aún sigue emanando producto del incendio que afecta al relleno sanitario Santa Marta, en la comuna de Talagante, fue una de las diligencias ordenadas ayer por la Fiscalía Occidente a la Brigada de Delitos Medioambientales (Bidema), como parte de la investigación penal que lleva adelante el Ministerio Público.
Además de ordenar la entrega de las muestras levantadas a un laboratorio especializado, con el fin de tener los resultados a la brevedad, los peritos del Laboratorio de Criminalística de distintas secciones (Ecología, Planimetría, Fotografía, Química y Paisajismo) hicieron diversas pericias relacionadas con la fijación fotográfica del foco, el análisis de la dimensión y desplazamiento del alud, junto con la toma de muestras de agua en viviendas, ubicadas a dos kilómetros del relleno. Los funcionarios también entrevistaron a los trabajadores de la empresa para recabar más antecedentes sobre el derrumbe del fin de semana y el fuego iniciados sobre un sector de las celdas de basura derrumbadas.
En cuanto al enfrentamiento del fuego, la PDI también investiga si en el manual de emergencia de la empresa existía un mapa de riesgo de incendio al momento de ocurrir el sinietro.
El humo que cubrió gran parte de la RM y los efectos generados en las comunidades más inmediatas al relleno, acrecentando las críticas desde el mundo académico. “Decir que los humos no era tóxicos es reprochable. Los políticos no pueden hacerse cargo de las emergencias, para algo están los expertos. La primera medida debió ser establecer un radio de mayor riesgo, con medidas como evacuación específicas para las personas más expuestas”, dijo Raúl Morales, director de Ciencias Ambientales de la U. de Chile
Y si bien en un primer momento el Intendente Orrego descartó la toxicidad de la nube, 24 horas después rectificó sus dichos. “Más allá del léxico que yo ocupé en el día de ayer (martes), que puede no haber sido el técnicamente adecuado, todo humo genera problemas a la salud”, reconoció la autoridad ante la presión de la opinión pública y la comunidad científica.
En la misma línea, y ante las declaraciones del dueño del relleno sanitario , Guillermo Ruiz, que declaró a los medios que “el humo no es tóxico porque es vapor de agua con gas”, el ministro de Medio Ambiente Pablo Badenier endureció su postura y calificó los dichos de Ruiz como falsos. “La columna de humo contiene materiales con distintos niveles de toxicidad y material particulado (….)y como autoridad ambiental no vamos a permitir el funcionamiento (del relleno) si no da garantías de una normal operación. Por el momento está lejos de eso y por lo tanto se mantiene clausurado”, enfatizó Badenier.
En opinión del doctor en Farmacología de la Universidad de Chile, Mario Faúndez, el principal peligro son las dioxinas, una de las moléculas más cancerígenas que se conocen. “Si hay algo de dioxinas en el ambiente, aunque sea mínima, ya es un riesgo, a largo plazo, pero es un riesgo. Hay que pensar que en un relleno hay miles de productos de todo tipo, plásticos, orgánicos, que al quemarse se volatilizan en nuevas moléculas que son cancerígenas o asfixiantes”, señaló el experto. La combustión lenta de los desechos del basural “favorecen la generación de toxinas. Lo importante es saber qué toxinas se están liberando y en Chile existe la tecnología para saberlo. No debiera ser un problema”, puntualizó el académico.
Y si las enfermedades a largo plazo no parecen ser la prioridad de la autoridad, enfocada a apagar el foco en lo inmediato, los riesgos no terminarán cuando se logre exterminar el fuego superficial. “Lo que puede ocurrir es que la ignición del material se vuelque hacia el interior, donde la combustión es más lenta y a menor temperatura, y que por lo mismo puede durar semanas o incluso meses”, indicó Julio Monreal, presidente de la Comisión de Medio Ambiente del Colegio de Ingenieros.