Tres murales de María Martner y Balneario Tupahue son declarados Monumentos Nacionales
Los murales de la artista chilena María Martner (1921 – 2010), inspirados muchas veces en la historia de Chile, y muchas otras en su geografía, son íconos de las ciudades en donde los realizó durante los años 60 y 70.
Por ejemplo, en Santiago, su ciudad natal, posee una extensa lista de obras, entre las que se encuentran “Los peces del frío”, instalada en el patio de “La Chascona”, la casa de Pablo Neruda en el Barrio Bellavista; el Escudo Nacional en la Casa Presidencial de Av. Tomás Moro, y el mural que está en la Piscina Tupahue, en el Parque Metropolitano de Santiago.
A inicios de este mes, esta última obra de mosaicos que data de 1964 fue declarada Monumento Nacional, en la categoría Monumento Histórico, luego que la historiadora, Gloria Cortés, y el curador independiente, Justo Pastor, ingresaran una solicitud al Consejo de Monumentos Nacionales (CMN) para protegerla.
El mural de 27 metros de largo y más de seis de largo fue diseñado por el pintor mexicano, Juan O’Gorman, y ejecutado por Martner con el objetivo de representar la hermandad entre ambos países. Por esta razón, las piedras conforman las figuras de Cuauhtémoc, líder militar del Imperio Azteca, y de Caupolicán, mapuche que lideró la resistencia frente a la colonización española.
Además, están representados los símbolos patrios de cada país, siendo el guanaco, el cóndor y una vid, para el caso chileno, y un guepardo, un águila y el maíz, para México.
Con el objetivo de proteger el entorno del mural, en este caso correspondiente al llamado Balneario Tupahue, diseñado por el arquitecto Carlos Martner, fue declarado Monumento Nacional en la categoría de Zona Típica.
Junto con la declaración patrimonial de este mural y su entorno, el Consejo de Monumentos Nacionales protegió otros dos murales de Martner: el “Mural de Chillán”, ubicado en el Parque Monumental Bernardo O’Higgins, y “Vida Oceánica”, en Valparaíso.
El primero fue inaugurado en 1973 en el marco del proyecto Parque Monumental Bernardo O’Higgins, en Chillán Viejo, también diseñado por Carlos Martner.
Aquí la artista hizo un mural de 60 metros de largo por 6 metros de alto para retratar tres etapas de la vida de O’Higgins correspondientes a: su juventud y vida en el campo, representada por un helecho, su imagen como libertador, y finalmente, como Director Supremo.
El segundo es el mural “Vida Oceánica”, instalado en la calle Leopoldo Carvallo, frente al Estadio Elías Figueroa, en Valparaíso. La solicitud para proteger esta obra fue ingresada por María Eugenia Velasco Martner, hija de la artista.
Este mural de mosaicos de 8 metros de largo y casi 2 metros de alto, fue realizado en 1973 para la celebración de la Feria del Mar. Aunque en un principio fue instalado en otro sector, actualmente es visible para quienes pasen por el lugar.
Respecto a los valores artísticos e históricos de las obras, el Consejo de Monumentos Nacionales estableció en su aprobación a las declaratorias que “los murales son el reflejo de las nuevas posiciones que estaba ocupando la mujer en el ámbito cultural chileno, con roles similares a los hombres” y que “María Martner es una de las pocas mujeres que pudieron contribuir al muralismo chileno, ya que se opuso a la tradición académica y se propuso el rescate de valores relativos al orden matriarcal”.