Un sugerente retrato de Santiago a través de 50 fotografías

Por Romina de la Sotta Donoso

Instantáneas del transitar diario:

“La ciudad se llama Cafeína” es el libro debut de Cristóbal Valenzuela como fotógrafo.

Tiene poco más de cien páginas y casi 50 imágenes. Todas fueron registradas entre 2012 y 2014 por Cristóbal Valenzuela Berríos (1982). Se suceden en “La ciudad se llama Cafeína” (Ediciones del Desierto, $18 mil en las librerías detalladas en CristobalValenzuelaBerrios.com).

El prólogo del libro es un atractivo collage que realizó el premiado cineasta José Luis Torres Leiva, y el relato que Valenzuela Berríos construye con las fotos tiene progresión dramática. Retrata a una ciudad en suspensión: todas las fotografías sugieren movimiento.

Redescubre en ellas un Santiago distinto: captura a Patronato cuando más se parece a Detroit, de madrugada, y a una joven punk usando un cajero automático.

“Mi metodología es bien simple: lo que hago es documentar mis trayectos. Siempre ando con la cámara y documento los lugares donde llego o la gente que veo. No salgo a tomar fotos, son las fotos de mi vida diaria”, reconoce el autor, quien trabaja como editor y guionista de cine.

“Son fotografías documentales, de algo que acaba de pasar, está pasando o va a pasar”, agrega. Y destaca el trabajo del editor Diego Álamos: “Era importante que de la primera a la última página hubiera una narración. Para mí, el libro es casi como una película”.