Benjamín Ossa gana concurso de arte público en Renca
Arte para revitalizar y dignificar esas zonas que se han convertido en desoladas manchas grises en la ciudad. En los últimos años, el arte público ha cobrado fuerza en nuestro país, gracias a los grafiteros que se toman los muros para instalar allí sus creaciones; a proyectos privados como los impulsados por la galería Artespacio para insertar esculturas en parques y paseos públicos, o a iniciativas gubernamentales como la Comisión Nemesio Antúnez del Ministerio de Obras Públicas, que destina un porcentaje de las obras viales y concesionadas para instalar obras de arte.
En una línea similar se enmarca el concurso que hace unos meses lanzó la Fundación CorpArtes y Autopista Central en colaboración con el MOP, el Municipio de Renca y la U. del Desarrollo (UDD), para escoger la mejor intervención artística para recuperar el Paso bajo nivel del Puente Gran Envergadura, ubicado en General Velásquez con la autopista, que en palabras del arquitecto Pablo Allard, decano de Arquitectura de la UDD, “era un espacio perdido que urgía convertir en un espacio memorable para el barrio y la ciudad”.
Cinco artistas que suelen trabajar con el espacio, los colores y la instalación fueron invitados a participar: Iván Navarro, Sebastián Errázuriz, Macarena Ruiz-Tagle, Catalina Bauer y Benjamín Ossa presentaron sus proyectos a una comisión que finalmente se inclinó por la instalación de este último. Lo que primó sobre todo fue la creatividad de la propuesta y la capacidad de Ossa para trabajar con los elementos del ambiente: aunque en principio lo que se pidió fue que se interviniera un muro del paso nivel, lo que hizo el artista fue tomar el ensordecedor ruido de los autos y camiones que pasan sobre el puente para convertirlos en una obra sonora.
“Más que omitirlo, quise rescatar todo el fenómeno que sucede sobre nuestras cabezas, la energía desatada por los vehículos para hacer algo interesante con eso. Creo que el arte en la ciudad debe funcionar con el entorno, no oponer resistencia a él, sino adaptarse”, dice Ossa, quien a sus 31 años se ha dedicado a investigar a través del arte la relación entre espacio, individuo y percepciones visuales y acústicas. Su obra se ha exhibido en el MAVI, Galería Gabriela Mistral y Matucana 100, y en marzo tendrá una gran muestra individual en galería Artespacio.
La obra de Ossa consta de una serie de tubos galvanizados de colores que reproducen las nota La y Re, y que con la vibración de los autos chocan con otros discos generando una especie de melodía. “Es como cuando lanzas una piedra sobre un lago, es un sonido muy sutil”, dice el artista que deberá tener lista su instalación, donde intervienen arquitectos e ingenieros, para julio.
El jurado del concurso lo integraron Catalina Saieh, vicepresidenta de CorpArtes; el arquitecto Pablo Allard; Angel Morel, de la Municipalidad de Renca; Mauricio Rodríguez de Autopista Centra, y Eduardo Abedrapo del MOP.