Metro incrementa personal de seguridad ante aumento de músicos en la red
Por Camila Mardones y Oriana Fernández.
Estatal señala que desplegó más vigilantes privados y asistentes en andenes del sistema.
“Es una forma accesible de ganar plata, uno se hace su horario, eres tu propio jefe. Es sacrificado, pero hago lo que me gusta”, relata Sebastián Salazar, de 19 años, quien recorre desde hace un año y medio la Línea 1 del Metro cantando rap improvisado, mientras decenas de pasajeros lo escuchan dentro de los acalorados vagones.
A pesar de que su anhelo era dedicarse a la música, este año empezará a estudiar una carrera técnica. “Voy a pagar mis estudios con lo que hago”, comenta.
Los usuarios del tren subterráneo han apreciado un incremento de la cantidad de artistas que recorren este medio buscando una propina durante el último semestre, especialmente, en horarios en que hay una menor congestión. Desde un suave jazz hasta reggaetoninterpretan artistas, en su mayoría jóvenes, quienes se reparten los espacios de los carros.
De hecho, según los propios músicos, se ha cuadruplicado la cantidad de músicos que se suben al transporte público. “Cuando empecé venían 15 personas al día, ahora somos 70 en promedio”, añade Sebastián Salazar.
Una situación que no ha pasado inadvertida para la empresa estatal. El gerente general de Metro, Rubén Alvarado, afirma que está prohibido el ingreso de artistas a los vagones y andenes, pues “atentan a la seguridad y calidad del viaje, ya que los pasajeros pueden ser golpeados por algún instrumento en caso de que el tren frene de manera brusca”.
Debido a que la cantidad de artistas ha crecido en los últimos meses, el ejecutivo añade que “constantemente hacemos desalojos” de ellos. “Hemos aumentado el personal de seguridad, tanto vigilantes privados como asistentes de seguridad en los andenes”, reconoce.
Ganancias y vitrina
Los artistas señalan que en un día que obtienen un buen resultado pueden ganar $ 60 mil con los aportes del público. En otras jornadas, se puede recibir entre $ 30 y $ 40 mil. Esto implica que laborando de lunes a viernes, podrían llegar a obtener un sueldo superior a los $ 600 mil.
Carlos Toro, quien toca folclor nacional, trabajaba el año pasado como conductor de camiones. Los horarios eran extensos y su salario era escaso para mantener a su familia. “Me va bien, la música para mí es rentable”, dice, y agrega que no sólo recibe monedas, sino que es usual que le den billetes. “La gente ha ido comprendiendo que no es que uno esté pidiendo plata; uno está entregando lo que sabe hacer”, cuenta Toro.
Los músicos y performistas que hacen presentaciones dentro del Metro, en ocasiones, ven en este medio una vitrina, ya que no son pocos los que resultan contratados por los mismos pasajeros para tocar en eventos, pubs y restaurantes. Toro, por ejemplo, comenta que junto a su familia visitará Los Vilos, pues fue contratado por un pasajero que lo escuchó y lo invitó a tocar.
Según cifras de Carabineros, las multas a los artistas crecieron un 81% entre 2014 y 2015. Uno de ellos fue Patricio Arredondo (23), quien fue sancionado el año pasado por cantar en el Metro. “Antes subía a las micros, pero me cambié de medio porque acá anda más gente”, cuenta en mientras espera subirse a un tren en la estación Rodrigo de Araya.
El joven dice que tuvo que pagar $ 68 mil cuando le pasaron la infracción y que si bien se ha encontrado con guardias que lo dejan terminar el show, la mayoría de las veces lo sacan inmediatamente. “Al final uno no se puede enojar porque ellos están haciendo su pega. Pero, ahora la gente nos defiende”, añade.
Entre los pasajeros existen opiniones diversas sobre esta actividad. Marcela Bastidas, quien usa a diario la Línea 1, señala que “uno no tiene la posibilidad de ir a espectáculos, por lo que escuchar lindas canciones cuando va viajando es valioso”. Aurora, pasajera de la Línea 1, en cambio, afirma que cuando “estás cansada por la tarde, quieres tranquilidad. Otra cosa que molesta es que cuando uno no les da propina, se enojan y lo hacen ver”.