Una ciclovía improvisada aparece en calle Merced
Usuarios, que exigen más rutas, buscan una solución ante la falta de vías por donde transitar.
En 1974, ante el aumento de las muertes por accidentes vehiculares, el pueblo holandés salió a protestar en contra de los automóviles y pintaron en Amsterdam un puente con una ciclovía improvisada. Hoy, ese mismo lugar es una vía para bicicletas.
Algo similar ocurrió en Santiago. Hace unas semanas llamó la atención la presencia de una ciclovía artesanal en la calle Merced, en el Barrio Lastarria, pintada de color rosado, celeste y amarillo, acompañada de pequeños stencils con símbolos de bicicletas. A simple vista pareciera ser que fuera otra más que forma parte de los más de 230 kilómetros de rutas que existen en Santiago.
Durante el rediseño del eje Compañía-Merced, en donde se le transformó en vía exclusiva para buses del Transantiago en noviembre de 2015, los ciudadanos hacían preguntas constantes a la municipalidad sobre si la calle iba a contemplar la construcción de una alternativa para aquellos que se transporten por el casco histórico en bicicletas. Esta improvisada ciclovía es una respuesta ante la negativa de las autoridades de ampliar estas vías para los ciclistas.
Aunque varios automovilistas se han quejado por la ruta para bicicletas habilitada en mayo de 2015 en calle Teatinos por su uso “poco frecuente”, la implementación de esta ha beneficiado a cientos de usuarios.
El problema es que esta ciclovía improvisada podría ser peligrosa: cualquiera podría confundirse y tomar a este acto de protesta como una vía realmente pensada para ciclistas. De todas maneras, se trata de un acto ciudadano que las autoridades podrían considerar.