Restricción vehicular a catalíticos generará costos por US$ 434 millones a automovilistas

restriccion vehicularPor Manuel Valencia.

Por concepto de recambio a autos menos contaminantes, que queden eximidos de la nueva normativa:

Informe financiero del plan de descontaminación establece que la medida producirá también ahorros por US$ 2.225 millones hasta 2025 y que compra de autos nuevos aumentará un 28%.

Aunque todavía no comienza a operar, la restricción permanente a 1 millón 96 mil 269 autos catalíticos, fabricados antes de septiembre de 2011, que regirá entre el 1 de mayo y el 31 de agosto, ya genera un amplio rechazo ciudadano. Según lo comprobó “El Mercurio”, de 509 comentarios ingresados hasta la semana pasada en el sitio web oficial de participación ciudadana “Santiago Respira”, la mitad (255) eran adversos a la medida, que también afectará a las motos.

Pese a ello, el Gobierno no alterará la disposición, contemplada en el nuevo plan de descontaminación de Santiago, que busca reducir a la mitad las emisiones de material particulado fino (MP 2,5), el contaminante que cada año incide en la muerte de cerca de 4 mil personas.

De acuerdo con el Ministerio de Medio Ambiente, los autos aportan, en conjunto, 35% de la contaminación del sector transporte, que, a la vez, genera el 41% del MP 2,5.

Para el ministro (s) Marcelo Mena, la medida “acelerará la compra de autos que cumplan la norma. Los más antiguos, de antes de 2012, son diez veces más contaminantes y se va a generar un parque 10 veces más limpio. Esto es como un vaso de agua: se puede echar agua muy limpia, pero si no se saca el agua sucia del fondo, el contenido del vaso no se renueva”, ejemplifica.

Según el análisis general del impacto económico y social del plan de descontaminación (Agies), elaborado por el departamento de Economía del Ministerio de Medio Ambiente, hasta 2025 el recambio de autos costará a los automovilistas US$ 434 millones, por concepto de recambio acelerado de vehículos. Se estima que si el parque actual tiene una antigüedad promedio de ocho años, esta llegará a cuatro cuando el nuevo plan “antiesmog” esté en régimen.

Esto, porque las ventas de autos podrían aumentar hasta en 28% hacia 2020, debido a que el recambio sería más profundo en los primeros cinco años de funcionamiento del plan.

La renovación del parque, según el estudio, produciría una alta rentabilidad social y ambiental: en ahorros de combustible y uso de vehículos, por ejemplo, generaría eficiencias de hasta US$ 2.225 millones. También se esperan beneficios en salud (US$ 966 millones) y otros indirectos, en la baja de congestión (US$ 600 millones) y de siniestros viales (US$ 1.160 millones).

Con todo, para la ex subsecretaria de Transportes y consultora internacional, Gloria Hutt, la medida no es correcta y solo tendrá un efecto acotado.

“Puede haber cálculos teóricos auspiciosos, pero hay que ver la factibilidad real, que debe considerar el precio del dólar, una economía recesiva que baja en crecimiento. No se ve que esa renovación del parque ocurra rápidamente. Seguramente, el impacto se dará en sectores con altos ingresos, capaces de comprar un vehículo nuevo, pero no en el resto de las personas”.

Añade que las experiencias internacionales “muestran que la medida produce un ajuste en el corto plazo, pero en el largo se produce la compra de más autos. Mucho del impacto ambiental se da porque vehículos muy antiguos o modernos transitan y levantan polvo, pero en lugar de sacar autos de las calles, ese impacto se puede lograr con una mejor limpieza de las calles o pavimentaciones”.

El especialista en Medio Ambiente de la UC, Héctor Jorquera, cree que la medida será regresiva socialmente: “En los 90 coincidió con un período de mayor crecimiento económico, pero la situación actual es distinta y es difícil que se concrete de igual forma. Esto afectará más fuerte a la clase media. De todas formas , la medida es necesaria porque el parque ha crecido mucho y aunque los vehículos contaminan menos, son más en número”.

Al contrario, Marcelo Mena dice que la medida es progresiva socialmente. “En Las Condes la contaminación, en norma diaria, supera el 17%, y en Cerro Navia el 170%. Sin embargo, el uso per cápita de autos en Las Condes y el sector oriente es cuatro veces mayor al de Cerro Navia”.

US$ 1.686
millones es el costo total del plan antiesmog, que regirá hasta 2025. En ese plazo, se espera que consiga ahorros por US$ 7.707 millones por menos enfermedades, muertes y otros beneficios sociales.

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autos fabricados después de septiembre de 2011 quedarán exentos de la restricción vehicular. Tampoco quedarán limitados de circular en episodios críticos de esmog.

Otros costos del plan antiesmogEl estudio financiero del plan de descontaminación también especifica la relación entre costos y ahorros en los otros dos sectores que también son normados en la estrategia de reducción de emisión y concentración de material particulado fino (MP 2,5):

Residencial: prohibición de la leña

Por acciones como el recambio de estufas a leña (prohibida por el plan) en el Gran Santiago, San Bernardo y Puente Alto a otras formas de calefacción, como electricidad o gas, se estima que las personas invertirán US$ 11 millones a 2025. Según el estudio, el beneficio generado por esta medida llegará a US$ 1.229 millones en el mismo plazo.

Industria: mejoras tecnológicas

Se contemplan cambios como compensaciones, límites de emisión, exigencias a grupos electrógenos, mitigaciones de olores en plantas de cerdos y filtros y normas para maquinarias de la construcción, entre otros. Tales disposiciones implicarán costos por US$ 261 millones, pero los beneficios sociales superarían los US$ 1.536 millones, dice el informe financiero.

Más exigencias en plantas de revisión técnicaAumento de rechazos

El nuevo plan de descontaminación establecerá parámetros más estrictos en la medición de gases (NOx, HC y CO) emitidos en los vehículos, que se evalúan en las plantas de revisión técnica. Este cambio se alinea con la normativa norteamericana (EPA). Esta disposición busca reducir las emisiones de material particulado fino en 48,4% hacia 2025, especialmente en autos antiguos o con mantenciones deficientes.

“Van a subir los rechazos, que hoy se mantienen en niveles muy similares porque no hay muchos espacios de mejoras”, explica el ministro (s) Marcelo Mena, quien estima hasta un 20% más de vehículos rechazados.

En costos, los rechazos implicarán inversiones de hasta US$ 365 millones hasta 2025 por parte de las personas que vean rechazadas sus revisiones técnicas y deban cambiar desde convertidores catalíticos hasta el vehículo completo, por no cumplir con los nuevos estándares de emisión.

Por otra parte, se proyectan beneficios en hasta US$ 286 millones por las mejoras de la salud de las personas, traducidas en menos muertes y enfermedades provocadas por la contaminación.