Triciclos gratuitos de Santiago centro aumentan en 40% sus pasajeros y extenderán su ruta hasta barrio Yungay
Tendrán una estación en calle Esmeralda y nuevo recorrido para Lastarria:
A nueve meses de su puesta en funcionamiento, siete vehículos movilizan 200 pasajeros al día. El sistema recibirá nuevos carros de fabricación chilena para prolongar sus rutas.
Poco a poco, los triciclos morados que a diario cruzan el centro de Santiago se han transformado en un símbolo más del casco histórico de la capital. En sus tres ruedas pasean desde turistas a escolares, ancianos y oficinistas. Muchos eran automovilistas que dejaron de manejar en la semana y ahorran hasta $40 mil al mes en bencina y estacionamientos. “Son geniales. Puede ser que me demore un poco más a la oficina, pero hasta relaja moverse así”, dice Emilio Tassara, un usuario frecuente.
Otros son pasajeros que ya los integraron en sus rutinas y los esperan en la ruta de siempre, porque, a diferencia de un taxi, estos triciclos gratuitos cumplen un recorrido fijo y funcionan en horarios: entre las 9:30 y 18:45 recorren el cuadrante entre Teatinos, Agustinas, Miraflores y Catedral, con una extensión alternativa a Esmeralda.
En ese recorrido, 200 personas al día, en promedio, se transportan en alguno de los siete triciclos (un octavo se usa para hacer estudios). En suma, al mes mueven unas 4.000 personas, lo que es un 40% mayor al flujo que movilizaban cuando el sistema debutó en mayo del año pasado.
Según explica Cristian González, gerente general de BMod (la empresa que controla los triciclos), el incremento se dio a partir de la instalación del letrero “gratuito” en el techo de los carros. “La gente es tímida y le daba vergüenza preguntar, no sabían si pagar o no. Con ese pequeño cambio, tuvimos un cambio profundo. De todas formas, quienes usan el servicio dejan desde propina hasta una manzana, un gorro o una bebida”, relata.
Esa misma recepción positiva con el servicio ha permitido que, hasta ahora, los triciclos no hayan sido objeto del vandalismo ni de accidentes de tránsito. También en las marchas del centro, los manifestantes les abren el paso y los dejan pasar sin daño alguno, añade González.
La alcaldesa de Santiago, Carolina Tohá, dice que la implementación de los triciclos “ha sido un aporte para el desarrollo de nuestro plan integral de movilidad, pues es un sistema gratuito y sustentable de transporte de personas. No genera congestión, porque utiliza las ciclovías y no produce emisiones ni ruido. Es un plus también para los turistas que encuentran en ellos un atractivo más al recorrer el centro de Santiago. En los meses que lleva funcionando ha habido vecinos que nos han solicitado ampliar el circuito, y nos encantaría en el futuro poder cumplir con esa petición”.
A partir de este año, el servicio dará un primer salto en su plan de consolidarse como un medio de paseo (y no de transporte público, porque no están normados para operar como un sistema tarifado) en diversos sectores de Santiago: se extenderá por calle Rosas hasta la plaza del barrio Yungay.
Asimismo, están en carpeta otros dos proyectos: la prolongación del servicio hasta el barrio Lastarria y la habilitación de una estación permanente en la plaza del Corregidor, en la calle Esmeralda.
“Está la intención de ese barrio de convertirse en algo parecido a Lastarria, y dentro de ese contexto visualizan el paradero para que los vecinos se trasladen en triciclo hacia otros lugares de la comuna”, explica González.
Para extender el recorrido, González adelanta que se está trabajando en la fabricación de los primeros triciclos chilenos (los actuales son importados desde China). Con una flota más amplia buscarán ofrecer el sistema a otras comunas que han mostrado interés, como Providencia.
Otras ciudades
Además de Santiago, hay triciclos en Concepción, La Serena y un servicio recientemente implementado en la costanera de Valparaíso, explica González.