Un nuevo orden para los caminantes
El metro está innovando en gestión de flujos peatonales
Uno de los acentos de la cultura vial que más pueden sorprender a un chileno que viaja a Europa o a algunas ciudades de Estados Unidos es el respeto por los demás. Ese cambio se nota en algo tan simple y cotidiano como caminar. Por ejemplo, en los metros, centros comerciales y aeropuertos, quienes suben a una escalera mecánica sin apuro se establecen, parados, a la derecha, y los que avanzan contra el reloj, dan pasos por la vía expedita que se forma a la izquierda. Un orden natural de flujos que favorece a unos y a otros y convierte las caminatas en una acción más civilizada.
Algo de eso busca implementar el metro en estaciones de alto flujo como Plaza Egaña (Línea 4). Ahí se pintaron íconos que invitan a unos a respetar el ritmo pausado o apresurado de los otros. El cambio parece funcionar y las aglomeraciones parecen poco a poco más diluidas.
Esta iniciativa dista de los retrocesos que se observan en la superficie. Creciente es la tendencia de redireccionar flujos peatonales con rejas que limitan las caminatas para favorecer el giro de autos y buses. Eso se observa en calles como Merced con Irene Morales o Miraflores con la Alameda. Esa restricción es contraria a la que proponen las últimas teorías de movilidad de los daneses -modelos en diseño vial- que hoy se dedican a remover las interrupciones artificiales a un ejercicio tan libre como caminar.