Castro y Ancud han sumado 107 ha para nuevas viviendas en la última década
Por María de los Ángeles Pattillo.
Desarrollos inmobiliarios acogidos a subsidios estatales así como iniciativas particulares de segunda vivienda son los impulsores de este crecimiento habitacional en la isla de Chiloé. Entre ambas ciudades suman actualmente 993 hectáreas (ha) consolidadas.
Entre 2005 y 2015 en Castro se aprobó la construcción de 2.951 casas, lo que equivale a 219.062 m {+2} edificados. En ese mismo período, Ancud creció en 3.731 viviendas, es decir 219.841 m {+2} , según un levantamiento requerido por “El Mercurio” a PatagonLand. En términos de extensión, ambas ciudades suman 993 hectáreas (ha) consolidadas. En los últimos 10 años Castro habilitó 67 ha para nuevas viviendas, mientras que Ancud sumó otras 40 ha, lo que en conjunto se iguala a todo el barrio El Golf en Las Condes (considerando como límites las avenidas Andrés Bello, Américo Vespucio, Presidente Riesco y Apoquindo) o a cuatro veces el Parque Bicentenario de Vitacura.
Con esto, ambas ciudades son las que concentran el mayor dinamismo habitacional en la isla de Chiloé. Para Gerardo Wielandt, gerente general de Varcom Inmobiliaria, el desarrollo de viviendas en la zona se explica, en gran medida, por el subsidio estatal DS 116. “Este decreto hace más atractivo comprar, pues los conjuntos incluyen un porcentaje de unidades vulnerables y otras para sectores medios que van desde 1.100 a 1.600 UF”, explica. La firma ha apostado fuerte por esta fórmula desde 2013 y actualmente son el principal actor en Castro, con tres proyectos en ejecución que en total suman 402 casas.
“En Chiloé la actividad no tiene mucha profundidad, pero tampoco ha decrecido de forma importante. No tiene bajones a cero en los años malos, lo que habla de cierta continuidad en términos de desarrollo”, destaca el gerente de Inteligencia de PatagonLand, Felipe Besnier.
Para Wielandt, la demanda constante se explica por los precios atractivos de la oferta y por la fuerte migración campo-ciudad que se ha visto en los últimos años. Según sus cálculos, un proyecto de alrededor de 100 casas debiera venderse en 20 meses.
Dos de cada 10 casas son de segunda vivienda
Entre distintos actores de la industria hay coincidencia en que además de la oferta con subsidio, otro nicho activo es la segunda vivienda, que tiende a ubicarse en las afueras de las ciudades. En Ancud, por ejemplo, el 20% de las casas aprobadas para construirse en un año corresponden a este tipo de propiedad, destaca el asesor urbano de dicho municipio, Mario Hernández.
“Más que nada son extranjeros o gente de otras regiones que se enamora del lugar y se compra una parcela para hacerse una casa en Chiloé, o bien adquieren un pedazo de las islas interiores que también están comenzando a ser atractivas”, indica Hernández. En las cercanías de Ancud, por ejemplo, los sectores de Lechagua, Pauldeo y Huicha son los que atraen más a los compradores afuerinos. Por Castro, la zona de Tenten, Dalcahue y toda la península de Rilán son el polo más cotizado.
El director ejecutivo de la ADI, Vicente Domínguez, reconoce que Chiloé tiene atractivos turísticos que potencian el desarrollo de la segunda vivienda, como excelentes vistas, ciudades aledañas con arquitectura típica y parques nacionales. A pesar de lo anterior, advierte que el nicho no es interesante para los desarrolladores inmobiliarios. “Son cantidades muy pequeñas. Si se compra un terreno y se construyen 50 casas, se seca la demanda. La segunda vivienda es demasiado acotada y se enfoca a la autoconstrucción, a nivel de negocio no existe”, dice Domínguez.
Efecto del puente aún es incierto en el mercado inmobiliario
Este año el mercado de la segunda vivienda debiera restringirse, proyecta Besnier. “Es probable que disminuya la velocidad de colocación de estas unidades, porque ante situaciones de mayor incertidumbre económica la gente tiende a dilatar decisiones de compra de segunda necesidad”.
En todo caso, el ejecutivo cree que la próxima construcción del puente del canal de Chacao debiera impulsar el mercado habitacional, tanto de segunda como de primera vivienda. “Se traduce en mejor calidad de vida, mayor conectividad. Los costos de estar ahí empiezan a bajar y se hace más atractivo tener una casa en la isla, donde ya no es todo tan caro”, agrega.
Hernández asegura que los destinos más favorecidos serán Ancud y sus proximidades: “Somos la primera ciudad que va a enfrentar al puente y eso reviste una tremenda potencialidad”. Además, los fuertes españoles y su emplazamiento hacia el Pacífico también serían características únicas que podrían potenciar su lado turístico.
Sin embargo, Domínguez estima que la incorporación del puente no debiera tener un impacto sustantivo: “El actual traslado en ferry opera muy bien y nadie deja de ir a Chiloé por eso”. Incluso, considera que Ancud está quedando relegado en términos de servicios y equipamiento comercial, justamente por su cercanía con el continente. “Después del canal de Chacao, Puerto Montt está a 25 minutos de distancia, con lo que Ancud desapareció del mapa. Mientras que Castro está a casi 80 kilómetros hacia el sur de la isla, lo que la convierte en un punto central”, concluye.
20%
de las casas aprobadas para construirse en un año en Ancud corresponden a segunda vivienda, según estimaciones del asesor urbano de dicho municipio, Mario Hernández.
Crece oferta de servicios y equipamiento en ambas ciudadesCastro es la ciudad con mejor equipamiento de Chiloé. Es la más próxima al aeropuerto, la única con casino de juegos y la que cuenta con el mayor número de entidades financieras, cobertura educacional y de transporte, farmacias, bencineras y tiendas comerciales, según el estudio de PatagonLand (ver infografía).
“El mall fue muy polémico, pero para la gente ha significado una experiencia positiva, porque les dio la oportunidad de contar con más alternativas y mejoró la calidad de vida de los habitantes de Castro”, señala el asesor urbano de Ancud, Mario Hernández, quien reconoce que la ciudad se ha preparado mejor para recibir a los turistas: “Castro ha desarrollado hoteles de cinco estrellas, tiene amplias alternativas de restaurantes y tiene capacidad para recibir trasatlánticos, mientras que Ancud no”.
En términos transversales, distintos expertos advierten que la isla carece de una buena conectividad vial. “No es aceptable tener un puente que cuesta US$ 700 millones para llegar al otro lado y toparse con un camino muy malo, de una sola vía”, indica Gerardo Wielandt, gerente general de Varcom Inmobiliaria.