Gobierno proyecta 284 obras de vialidad para mitigar congestión en 28 ciudades del país
Programa por US$ 3.900 millones contempla obras de ministerios de Transportes, Obras Públicas y Vivienda:
Corredores exclusivos para buses, ampliación de calles y nuevas avenidas fueron proyectados en un plazo estimado de 10 años. Ex subsecretaria pide financiar iniciativas con recursos espejo del Transantiago.
El diagnóstico que tuvieron en sus manos los integrantes de la comisión Promovilidad, convocada por la Presidenta Michelle Bachelet en 2014 para proponer soluciones a la congestión del país, es que los tacos no son un fenómeno que aproblema exclusivamente a Santiago: son cada vez más crecientes en regiones, donde el parque automotor ha aumentado en 101% en los últimos 10 años (pasó de 1.309.121 en 2004 a 2.640.417 en 2014, la última estadística disponible), mientras que en Santiago creció menos, en 84,7%: de 989.499 en 2004, el parque llegó a 1.828.033 en 2014.
Pese a la magnitud del problema, hasta 2013, las regiones tenían pocos proyectos de infraestructura vial para ejecutarse. Por ello, desde ese año, al alero de los ministerio de Transportes, Vivienda y Obras Públicas se desarrollaron planes maestros que concentran obras proyectadas en todo el país.
En suma, son 284 proyectos que consideran, mayoritariamente, favorecer el tránsito del transporte público, como corredores, ensanches de vías y la construcción de arterias proyectadas que sirven para generar alternativas viales en los centros históricos (ver recuadro). Las obras tienen un costo de US$ 3.934 millones que se proyectan, en general, a 10 años.
La ex subsecretaria de Transportes y especialista en movilidad, Gloria Hutt, dijo que el plan responde a la forma en que se planifica la infraestructura de transportes en el mundo, con inversiones en el largo plazo. “El desarrollo de los planes está inspirado en la densificación urbana, que es una de las tendencias que más marcará el futuro. Se juntan dos acentos: la mejora en la calidad del transporte público y la construcción de espacios bellos de los que las personas se apropien”.
El especialista en transportes y urbanismo, Raimundo Cruzat, concuerda con la idea de elaborar planes maestros, pero a su juicio entre las obras se debe incorporar infraestructura de intermodalidad pública privada. “No vamos a poder pelearle el crecimiento a los autos, pero se puede generar, por ejemplo, grandes estacionamientos que incentiven su uso en ciertos horarios y que se combine con el transporte público, sino tendremos muchos corredores pero con poco uso”.
Aunque estos planes comenzaron a gestarse en el gobierno anterior, la Secretaría de Planificación de Transportes (Sectra) en la actual administración los continuó y mantuvo en los lineamientos estratégicos futuros.
Para el financiamiento de este tipo de obras, el Ministerio de Transportes cuenta con recursos anuales destinados a regiones. Este año ascienden a más de US$ 700 millones. Esos son los llamados fondos espejo del Transantiago, que equivalen al monto que año a año se utiliza en subsidiar el sistema de transporte de la capital.
De ese financiamiento, solo un tercio se gasta efectivamente en transportes (subsidio a las tarifas) y obras de vialidad e infraestructura. El resto los absorbe el Fondo de Desarrollo Regional, que puede destinarlos a obras que, si bien pueden beneficiar al transporte (como la pavimentación de calles), en general se dirigen a otras áreas como salud, educación, seguridad e inversiones.
Al respecto, en “El Mercurio”, el subsecretario de Desarrollo Regional dijo en octubre pasado que “la realidad supera a la ficción, tenemos la plata y no la institucionalidad para gastarla”.
La ex subsecretaria Hutt dijo que estos planes nacieron “porque nos encontramos con que en los recursos espejo del Transantiago para regiones había más recursos que proyectos por ejecutar. La primera vez que los recolectamos había solo tres. Promovimos un cambio legal para que se fortalezcan equipos técnicos en regiones que elaboren proyectos. Desviar estos fondos a otras áreas es aumentar las brechas de Santiago con las regiones de forma muy importante. Si bien la escala de los problemas de transporte en regiones puede ser menor, la profundidad es la misma y el costo para el país de no enfrentarlo es altísimo”, opina la especialista.
Vialidades emblemáticas de la cartera definida en el plan maestroEntre las 284 obras se contemplan varios corredores para el transporte público, como el eje Colón – 21 de mayo (Gran Concepción), Alameda (Rancagua), Manuel Montt (Coronel), Linderos – Alejandro Azolas (Arica).
Asimismo, hay circunvalaciones (centro en Puerto Montt; norte, en Arica; sur, en Iquique). Se contemplan, asimismo, cien mejoramientos viales, con ensanches y dobles calzadas.
Las obras más caras del plan se dan en Antofagasta: ahí se contempla un nuevo acceso al puerto por US$ 235 millones, además de un corredor segregado a la línea férrea por US$ 155 millones y el sistema vial para el transporte público por calle Bonilla (US$ 147 millones).
Otras obras de alto costo son el sistema de interconexión vial entre Valparaíso y Concón, que genera una alternativa a la costanera (Avenida España) por los cerros. Ese proyecto cuesta US$ 106 millones.
También destacan cinco puentes: Chacabuco (Concepción), Traslaviña y Villanelo (Viña del Mar), Mackenna o San Pedro (Puerto Montt). Además, hay once pares viales, acceso a zonas de expansión urbana como Alerce (Puerto Montt) y 18 ampliaciones de rutas urbanas que cruzan los centros.