Las “reglas verdes” que dan larga vida a los parques urbanos
En Europa y Estados Unidos se estilan normas para usar adecuadamente los espacios.
Los parques urbanos en ciudades como Nueva York, Londres o Berlín no son espacios sumidos en excepciones normativas como se pudiera creer en las ciudades chilenas. Al igual que ocurre en las calles, normadas por señales viales, límites de exceso de velocidad o semáforos, en esos países la conservación de las áreas verdes es un desafío cotidiano, que se recuerda a los transeúntes a cada momento. En los parques emblemáticos, como el Central Park de Nueva York, el Hyde Park de Londres o el Tiergarten de Berlín, diversos letreros con reglas claramente establecidas dan la bienvenida a los transeúntes. En ellos se explicita, por ejemplo, que está prohibido fumar y que no se debe alimentar a los animales, como ardillas, con golosinas, puesto que su dieta es gestionada por el mismo parque. Asimismo, se prohíbe hacer bulla, contaminar con basura o generar ruidos que molesten a terceros. Todas son claves que permiten a estos recintos lograr grados de conservación notable que no siempre se logran en Chile.
Recordado es el episodio que vivió el Parque Quinta Normal de Santiago, cuando fue reinaugurado en 2011. A días de su apertura, el recinto se llenó de basura, sus rincones fueron orinados y su mobiliario robado y roto. Fue la muestra evidente de un necesario cambio cultural, que, más allá de las sanciones, puede iniciarse con un simple recordatorio de cómo vivir mejor.