12 principios de diseño urbano sustentable para tener ciudades más habitables
La migración del campo a la ciudad que el gobierno chino ha impulsado en los últimos años es parte de un plan mayor que se estima que comprende trasladar a 250 millones de personas. Si bien la cifra es mayor y da cuenta de la envergadura del plan, aún así es difícil imaginar lo que representa.
No obstante, si se toman como referencia las estadísticas de población urbana de las Naciones Unidas, publicadas en 2010, es posible reconocer que 250 millones de personas equivalen a la población de Boston, Chicago, Filadelfia, Los Ángeles, Nueva York, Miami y Seattle, solo en Estados Unidos.
A estas ciudades es necesario sumar los habitantes de otras 19 ciudades de distintos continentes, entre las que se encuentran: París, Londres, Roma, Milán, Berlín, Atenas, Ciudad de México, Buenos Aires, Manila, Tokio y Sao Paulo, por nombrar solo algunas (la lista completa la puedes ver aquí).
El impacto en las ciudades chinas frente al aumento en la población es un punto que se agrega a otros desafíos que intentan abordar, tales como la contaminación atmosférica, la habitabilidad y los efectos del cambio climático.
Es por este motivo que el Banco de Desarrollo de China, en colaboración con la Fundación de Energía China, elaboraron 12 principios que buscan ser una guía para que los planificadores de las urbes chinas orienten el diseño urbano hacia la sustentabilidad, clasificados en “Forma Urbana”, “Transporte” y “Energía y Recursos”. Asimismo, la idea es que estos consejos sean una herramienta para los tomadores de decisiones de otras partes del mundo.
1. Crecimiento urbano limitado
Según los usos del suelo y sus características medioambientales, de eficiencia y productividad, es posible establecer un límite de crecimiento urbano (UGB, en inglés), definido a partir de recomendaciones que indican que, como mínimo, cada kilómetro cuadrado tenga 10 mil habitantes.
De esta manera, es posible tener una ciudad compacta y así darle a sus habitantes la posibilidad de hacer viajes más cortos que fácilmente se pueden hacer en modos sustentables (caminatas, bicicletas y transporte público), en vez de recurrir a los autos. Asimismo, se reduce la contaminación atmosférica, se disminuye la congestión vial y se mantienen terrenos para cultivos, beneficiado así al medioambiente.
Las ventajas de una urbe compacta se pueden identificar en la imagen superior en la que aparece el área urbana de Atlanta y Barcelona.
Aunque ambas tienen una población muy similar, el espacio que ocupan es notoriamente desigual, ya que la superficie de Atlanta es 26 veces mayor que la de Barcelona. A su vez, las emisiones de carbono provenientes del transporte, público y privado, también presentan una notoria diferencia. Esto porque si en la ciudad estadounidense cada persona emite 7.5 toneladas de dióxido de carbono (CO2), en la urbe española esta cifra es de 0,7 toneladas de CO2 (en la misma relación).
2. Desarrollo Orientado al Transporte (DOT)
Una estrategia de desarrollo urbano es la del Desarrollo Orientado al Transporte (DOT), que consiste en dotar los alrededores de las estaciones de transporte público, sean corredores de buses (BRT) o metro, con comercio, oficinas, servicios y viviendas. Así, la ciudad empieza a conformarse en torno a sus sistemas de transporte público y con ello se fomenta su uso, se revitalizan áreas y se reducen los tiempos de viajes.
La implementación de esta estrategia involucra ciertos factores. Al respecto, la publicación sostiene que la situación ideal en las grandes ciudades sería que al menos un 70% de los habitantes viviera en barrios que cuenten con desarrollo orientado al transporte. No obstante, en aquellos lugares donde aún no se haya ejecutado, es aconsejable que para comenzar se haga en los alrededores de las principales estaciones de buses o metro que estén en un área de entre 500 a 800 metros cuadrados.
3. Uso mixto
Los sectores de las ciudades que combinan los usos comerciales con los residenciales son caminables, más dinámicos y permiten satisfacer las necesidades de sus habitantes sin la necesidad de que deban recorrer largas distancias, entre otras ventajas.
Acerca de este tipo de usos de suelos, la normativa china de planificación urbana menciona que cada habitante debe tener acceso a una cierta cantidad de equipamiento, pero no indica a qué distancia de su vivienda.
Es por esto que este principio sostiene que es recomendable que los servicios estén en un radio de 500 metros de las viviendas pertenecientes a terrenos de uso mixto y además que éstos sean de seis tipos correspondientes a: bancos, colegios, hospitales, centros de entretenimiento, oficinas y restaurantes.
4. Bloques pequeños
Los grandes y numerosos edificios, como los de la fotografía de arriba, son parte del paisaje de las ciudades chinas.
En términos de movilidad urbana, estos edificios hacen que el tráfico motorizado se concentre principalmente en las grandes avenidas en desmedro de las calles menores y de la circulación de peatones, debido a que se convierten en verdaderos obstáculos.
Por estos motivos, los autores de la publicación consideran que lo aconsejable es que el 70% de los bloques sean iguales o menores a 2 hectáreas (sin incluir los edificios en zonas industriales). La justificación para esto radica en que los bloques pequeños son el elemento esencial de una red de transporte urbano eficaz.
Además, favorecen una red de calles con menor flujo de vehículos que es más amigable con los peatones, la creación de espacios públicos y las actividades al interior de los barrios.
5. Espacios públicos verdes
Hacer ejercicio, disfrutar al aire libre, reducir los niveles de estrés, juntarse con los amigos y mucho más es lo que se puede hacer, gratuitamente, en los parques y en las plazas públicas. De ahí que la importancia de tener espacios verdes en las ciudades cada vez es más valorado por los habitantes.
Es por esto que respecto a este principio, la publicación menciona que las viviendas debieran tener algún espacio público verde a no más de 500 metros, en promedio. Asimismo, dice que las áreas residenciales debieran destinar una superficie mayor al 40 por ciento a la vegetación, mientras que las que tienen otros fines, idealmente entre un 20 y un 40%.
Con estos parámetros, que para algunos pueden sonar muy lejanos a la realidad, el objetivo es que las personas tengan la posibilidad de reunirse en un espacio que fortalezca la identidad de sus barrios, que tenga un sentido de lugar, que refleje los valores de sus vecinos, que genere el interés para cuidarlo entre quienes lo visitan, entre tantos otros beneficios.
6. Tránsito no motorizado
Los modos sustentables de movilidad no motorizados, como las caminatas y las bicicletas, ayudan a las ciudades a tener habitantes más saludables, menor contaminación acústica y atmosférica, calles descongestionadas y más espacio público disponible en la superficie.
Estas características han sido reconocidas en distintas ciudades del mundo y se han promovido a través de proyectos urbanos que buscan hacer de los entornos urbanos lugares que sean más amigables, caminables, habitables y verdes.
Por ejemplo, Nueva York lanzó un plan para peatonalizar Times Square, un espacio ahora destinado a los peatones que en 2009 estaba destinado principalmente a los automóviles; y ciudades como Portland y Seattle, entre otras, han demolido autopistas para construir parques.
La trascendencia de los espacios destinados a los peatones y ciclistas es cada vez más visible y para que se materialice de la mejor manera, el informe menciona que deberían existir espacios peatonales y ciclovías de al menos 10 kilómetros de longitud por cada kilómetro cuadrado.
7. Transporte público
Los sistemas de transporte público de Hong Kong, Londres, Nueva York, París y Singapur son reconocidos a nivel internacional porque destacan por su cobertura, intermodalidad y frecuencia, entre otras características, que terminan por influir en la calidad de vida de las personas. Es por esto que tener un sistema de transporte público consolidado es una de las metas -y también un desafío- de muchas ciudades.
Acerca de su importancia, el informe dice que una de las mejores formas de reducir la dependencia del automóvil es que el transporte público sea accesible y la primera opción al momento de elegir cómo moverse.
Para esto menciona que un punto que distintos sistemas de transporte tienen que resolver es la denominada “última milla”, o en qué modo de movilidad van a llegar las personas a sus destinos. En este punto, afirma que la mejor manera es que las estaciones estén integradas con rutas caminables y ciclovías.
También menciona que los nuevos proyectos deben estar dentro de un radio de 500 metros de una estación de alta demanda. En tanto, para la ciudad en su conjunto, al menos el 90% de los nuevos desarrollos podrían estar a en un radio de 800 metros de una estación de transporte público.
8. Control de automóviles
Tener un sistema de transporte eficiente, tal como se hace referencia en el principio anterior, debe ir de la mano de la implementación de medidas que regulen a los automóviles para liberar espacio en la superficie.
Si bien en este punto no se plantea una medida en particular, el informe menciona que cada ciudad debe aplicar regulaciones a los vehículos motorizados según su contexto, partiendo por la limitación de los estacionamientos y creando zonas libres de automóviles.
Junto con otras medidas, se pretende recuperar las calles como un espacio de encuentro que sean seguros para todos, especialmente para los adultos mayores y niños. Acerca de esta posibilidad, la publicación menciona la creación de parklets, tal como se ha hecho en Chile para la celebración del Park(ing) Day.
9. Edificios “verdes”
En China, los edificios son los responsables de un 25% del consumo de energía y del mismo porcentaje en emisiones de carbono. Sin embargo, si se incluyeran sistemas energéticos más eficientes y vegetación vertical, podrían bajar este porcentaje.
Frente a esto, el informe considera que se podrían mejorar los sistemas de aire acondicionado, las medidas para gestionar el agua y disminuir el uso de electricidad, entre otras alternativas.
10. Energías renovables
En China, las energías renovables están ganando terreno debido a que el costo en su implementación es cada vez más bajo producto del interés en invertir por parte del gobierno y de actores privados. Un ejemplo de esto es que cerca de una planta de acero se construyó una central eléctrica de 1GW que captura el calor que produce y lo inyecta al sistema energético.
Si bien la meta que se impuso Copenhague, convertirse en 2025 en la primera ciudad carbono neutral del mundo, sería ideal que se replicara en más ciudades, el informe plantea que en China la situación se debe analizar de manera particular para cada proyecto, considerando si es comercial o residencial.
Por esta razón, argumenta que en las áreas residenciales, la generación de energía renovable (a partir de residuos y mezclando una producción de calor con electricidad) podría empezar con un rango que varíe entre un 5% a un 15%, mientras que para las zonas comerciales, entre un 2% y 5%.
11. Gestión de residuos
Anualmente, China genera 254 millones de toneladas de basura, o sea, un tercio de la producción global de desechos. En el caso de Beijing, esta ciudad genera un 8% de esta cifra al año y solo un 4% de ésta se recicla, por lo que aún son muchas las toneladas que terminan en vertederos.
Para evitar que esto siga ocurriendo, la publicación plantea que los propietarios de los edificios podrían disminuir el gasto en la eliminación de los residuos si reciclaran sus desechos y luego los vendieran. Además, los gobiernos locales podrían trabajar junto a desarrolladores para crear un sistema de reciclaje y compostaje que genere beneficios económicos a los recicladores y que sea sustentable en el tiempo.
De manera más concreta, apunta a que entre un 30% y un 50% de los residuos deberían terminar en sistemas de compostaje y entre un 35% y 50%, reciclados.
12. Gestión eficiente del agua
300 millones de chinos se estima que no tienen acceso al agua potable y existe una fuerte crisis hídrica en el norte. Abordar esta problemática es un hecho que se podría aminorar si entre un 20 y 30% del suministro de agua se reciclara, si todos los edificios incorporaran dispositivos de ahorro de agua, si los parques tuvieran plantas bajas de uso de aguas y si las aguas lluvias fueran reutilizadas.
El informe lo puedes descargar aquí.
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