El “parque agroalimentario” de Santiago
Hacia un Santiago de calidad mundial
Seca está la cordillera, hosca como nunca. En este escenario cada verdor se agradece, cada punto conectado a la tierra, al campo, como el Mercado Mayorista de Lo Valledor, uno de los grandes de América del Sur. Es una ciudadela amurallada donde las calles no tienen nombres pero sí colores; de los rojos tomates, de los amarillos limones.
Enclave con leyes propias, sus 4 mil trabajadores y 2.600 estacionamientos de camiones son una muestra de su magnitud. Muchos son los feriantes libres y almaceneros de barrio que vienen a proveerse aquí, pero también dueñas de casa; se ven entrar de a dos o tres juntas y compran cajones que después se reparten, para conseguir precios de mayorista. Son 1.500 los locales y numerosos los restaurantes, lo que no sorprende si se considera que ahí entran 40 mil personas diarias.
Es bueno verlo progresar, con sus programas de reciclaje, seguridad y aseo, modernización apoyada por la asociación mundial de mercados mayoristas que, en forma excepcional por intermedio de Lo Valledor celebró su asamblea anual aquí en Santiago el año 2013, con 50 países participantes.
Es parte de una economía paralela, asociada a pequeños agricultores, horticultores, que no tienen la posibilidad de exportar ni trabajar con los supermercados.
En el caso de la Pérgola de las Flores, al sacarla de la Alameda pareció que moriría. También, en el caso de los fundadores de Lo Valledor, su futuro pareció oscuro cuando, saturada La Vega Poniente, el alcalde Manuel Fernández los trasladó al lado del Matadero, a un terreno eriazo. Por el contrario, luego de medio siglo, manejan cerca del 90% de la producción hortofrutícola de Santiago.
La cultura vegana, la conciencia creciente de lo saludable frente a la chatarra, tiene a Lo Valledor participando en eventos de chefs y restaurantes de la nueva gastronomía chilena, en programas del Ministerio de Salud y en “quioscos verdes” de colaciones saludables que serán obligatorios en los colegios y liceos.
Ha ido mejorando su relación con la ciudad, en parte gracias a ellos mismos, por las extensas veredas de la avenida Maipú, y porque lograron que la nueva estación de Metro quedara al frente, “Lo Valledor”, intermodal, donde se detendrá el metrotrén a Rancagua para disminuir la presión en la Estación Central.
Al interior se nota que han cambiado los estándares, de iluminación, limpieza, calidad ambiental -cables soterrados-, parte de una tendencia mundial que aquí los tiene aspirando a ser el gran “parque agroalimentario” de Santiago, un modelo latinoamericano, un hito del turismo interno y externo.
Su cultura es diferente, y no será fácil el tránsito. De un mundo popular y espontáneo, que vive al día y paga al contado, de raíces campesinas y trato cercano a los “caseros y caseritas”, hacia una realidad planificada, eficiente, profesional; pero es lo mismo que se vive en todo el mundo, el mercado mayorista como hito urbano y no solo como un trozo del campo en la ciudad.
Reclaman la ley, la esperada ley, porque no quieren depender del alcalde de turno y las ordenanzas municipales; aspiran a estar identificados en los planes reguladores y ser parte oficial, y al fin permanente, del futuro urbano.
Potencial turísticoEs lo mismo que se vive en todo el mundo, el mercado mayorista como hito urbano y no solo como un trozo del campo en la ciudad.