¿Deben pagar los ciclistas por circular?
Por: Por Carlos González Isla.
“Joven, ¿sus documentos?”, así se titula uno de los capítulos del libro Chile bicicleta. Una crónica de pedales y nostalgia, de Tito Matamala, en el que su autor recuerda que en 1979 un carabinero le pidió sus documentos para conducir. “Me explicó que estaba cometiendo una falta por conducir sin licencia”, relata Matamala en el texto.
Según el libro, en esos años las bicicletas pagaban patente y los ciclistas debían aprobar un curso de manejo, sistema vigente hasta 1984.
Hoy los ciclistas no rinden pruebas ni pagan por circular, pero ¿deberían hacerlo si la ciudad paulatinamente se adapta para que se puedan desplazar?
“Se invierten millones en la implementación de las ciclovías, por tanto, uno podría pensar que sería justo exigir a los ciclistas pagar un impuesto por circular, igual como lo hacen las personas que tienen vehículos motorizados que pagan permiso de circulación”, dice Vicente Faúndez, presidente de Automovilistas Unidos de Chile.
Como un sistema así sería complejo de implementar, Faúndez dice que lo más realista es exigirles, al menos, un seguro obligatorio que cubra los costos de salud para el ciclista y para terceros (peatones). “Sería válido, ya que para el Estado es un costo extra de salud la atención de personas que sufren accidentes de tránsito”, dice.
Para el subsecretario de Transportes, Cristián Bowen, no se justifica el pago de permisos de circulación para la bicicleta, porque es más eficiente en el uso del espacio vial. Bowen recuerda que la patente para bicicletas fue una exigencia hasta 1984, cuando se publicó la actual Ley de Tránsito. Dejó de ser exigible bajo el entendido de que los principales usuarios de este modo de transporte eran personas de escasos recursos. “Hoy creemos que los beneficios que tendría impulsar una política como ésta serían mucho menores a los costos, principalmente en el menor incentivo que existiría a usar este modo de transporte”, afirma.
A la directora del Centro Bicicultura, Amarilis Horta, no le extraña la controversia que plantean los automovilistas. “Hoy, en los países que experimentan el nuevo boom democratizador de la bicicleta, han surgido voces diciendo que si los autos pagan, sería justo que las bicis también lo hicieran, pero en ninguna parte eso ha tenido respaldo”, asegura.
Horta agrega que estamos en un escenario de un “cambio climático brutal” que hace urgente el fomento de este medio de transporte y no la aplicación de “medidas retrógradas”.
Si bien a los ciclistas no les parece la idea de un permiso de circulación, sí están de acuerdo con un seguro. En 2014, un sondeo que realizó Bicicultura junto a la Asociación de Defensa del Consumidor, reveló que un 91% está a favor de un seguro, pero manifestaron opiniones divididas sobre quién tenía que pagarlo.
El tema no es menor. De acuerdo al estudio, el 58% de los accidentes de los ciclistas son con autos, pero el resto se relacionan con peatones, caídas y choque con animales u otros objetos.
Aunque no han hecho una petición formal a las autoridades, en Bicicultura son partidarios de un seguro financiado por el Estado. Para que se implemente una medida así, estiman que debería existir un registro único de bicicletas, sin costo y que no implique patente, el que permitiría acreditar la propiedad de la bicicleta en caso de robo.
El año pasado medios españoles informaron que la Dirección General de Tráfico (DGT) estudiaba incorporar las patentes y hasta seguros para las bicicletas, en el marco de la elaboración de un nuevo plan para este medio de transporte.
La subdirectora general de Políticas Viales de la DGT, Mónica Colás, explica que en su país se quiere posicionar la bicicleta como un vehículo más y que como tal debe convivir con el resto de usuarios de las vías, y que se ha incentivado su uso como vehículo sostenible.
“Desde esa perspectiva parecería lógico que la bicicleta estuviera sometida a los requisitos de los demás sistemas de transporte: matriculación, seguro y formación. Sin embargo, por ahora estas propuestas no han pasado de ser objeto de debate”, dice a La Tercera.
El experto en transportes de la U. Diego Portales, Louis de Grange, dice que no conoce ningún país en que los ciclistas paguen por circular. Para el académico, más importante que cobrarles, es persuadirlos que respeten las normas del tránsito y que entiendan que “no son moralmente superiores al resto de las personas que se desplazan en la ciudad”. Sobre la planificación de las ciclovías, lamenta que para definirlas hoy primen más “los juicios de valor de los políticos” que los “análisis rigurosos”.
Si los ciclistas no pagan por circular a Sebastián Seriani, académico de la Facultad de Ingeniería de la U. de Los Andes, le parece bien que sea el Estado el que subsidie la infraestructura, “tal como lo hace con las veredas, paraderos de buses o estaciones de metro. Desde el punto de vista democrático, un ciclista tiene el mismo derecho a usar las vías que un automovilista”, dice.
Desde el Minvu señalan que en el país todavía queda mucho por hacer en obras para ciclistas. “Estamos recién en la etapa de generar condiciones de infraestructura, de seguridad y accesibilidad. Todavía no tenemos espacios seguros para estacionar las bicicletas en todos los lugares”, señala la ministra de Vivienda, Paulina Saball.