Vecinos logran reconocimiento de sus barrios para proteger sus viviendas
Declaratoria de Zonas Típicas: En los últimos tres meses, el barrio Las Flores de Providencia, Matta Sur y Huemul de Santiago han logrado obtener un resguardo patrimonial de parte del Consejo de Monumentos.
En medio de una ciudad que avanza, se desarrolla y muta, hay ciertos sectores de Santiago que permanecen en un ritmo completamente diferente.
Se trata de barrios que, congelados en el tiempo, les hacen frente al paso de los años, la falta de infraestructura pública y el asedio inmobiliario. Conocidos son los casos de sectores como el barrio Las Lilas en Providencia, el barrio Los Adoquines en Ñuñoa o la villa Los Castaños de Independencia, una verdadera joya urbana que preserva obras del icónico arquitecto chileno Luciano Kulczewski.
En todos estos ejemplos, los vecinos se han organizado para preservar las ya cada vez más lejanas dinámicas de una vida barrial. Pero no ha sido fácil.
Por eso, muchas comunidades han decidido postular sus barrios para que el Consejo de Monumentos Nacionales (CMN) las considere como Zonas Típicas. Lograr esa designación no solo conlleva garantizar el cuidado del entorno ante modificaciones arbitrarias, sino que además regula el arribo de construcciones nuevas que puedan alterar la densidad habitacional.
Con esto, en los dos últimos tres meses, el CMN ya ha reconocido como Zonas Típicas tres emblemáticos barrios capitalinos: Matta Sur en Santiago Centro, el barrio Huemul, emplazado entre las calles Franklin, Placer, Huemul y Lord Cochrane y el barrio Las Flores de Providencia.
Este último, ubicado entre las avenidas Pocuro por el norte, Francisco Bilbao por el sur, Tobalaba por el oriente y la calle Jorge Matte al poniente, es un verdadero oasis residencial que durante muchos años ha estado en riesgo de convertirse en una zona repleta de edificios.
De hecho, los vecinos de esta área llevan varios años buscando este reconocimiento patrimonial, por lo que la designación viene a sellar un anhelo entre quienes habitan este tradicional barrio.
“Durante años les hemos dicho no a las inmobiliarias, pues no queremos perder la vida de barrio que tenemos acá”, dice Alberto Yáñez, vecino de la calle Jorge Matte.
Sin embargo, el residente también expresa su preocupación, pues muchos vecinos asumen que si quisieran arreglar sus casas o realizar ampliaciones, tendrían que hacer una serie de trámites ante el CMN.
“Y eso sí que sería un problema”, agrega el vecino.
“Estos grupos han encontrado en el instrumento de las Zonas Típicas, que es una de las cinco categorías de Monumento Nacional de la Ley de Monumentos Nacionales, una herramienta para defender la condición patrimonial de sus barrios y para frenar el avance del desarrollo inmobiliario en muchos de ellos”, explica Emilio de la Cerda, director de la Escuela de Arquitectura de la UC y ex director ejecutivo del CMN.
Sin embargo, el académico también reconoce que el nombramiento de Zona Típica sí puede poner trabas a quienes quieran intervenir sus casas.
“Desconocer eso sería una mentira”, sentenció De la Cerda, detallando que además se requiere una mayor relación entre el CMN y el Ministerio de Vivienda, pues el Consejo de Monumentos no tiene la capacidad de atender todos los requerimientos a nivel nacional.
“Hoy día, el Minvu no tiene una relación directa con el Consejo de Monumentos Nacionales, que depende del Ministerio de Educación. Es urgente trabajar en una coordinación de instrumento normativo”, señaló De la Cerda.
Dilema
Ser Zona Típica puede poner trabas a quienes quieran intervenir sus casas.