Inscritos en Uber ya superan número de taxis de Santiago
Daniela Jaque (26) es psicopedagoga. Sin embargo, sus ingresos no los obtiene trabajando en un colegio, sino de Uber, aplicación que le permite transformar su vehículo en un medio de transporte de pasajeros.
El servicio que presta Daniela está en el ojo del huracán en Chile, luego que la semana pasada los taxistas protestaron por considerarlo un servicio ilegal, al igual que Cabify.
La magnitud del problema no es menor. Los taxis en la capital suman 24.500 vehículos, mientras que los inscritos en Uber ya son 25 mil. La cifra se compone de los que ya están circulando y los que están en proceso de hacerlo. “Los que están con una cuenta activa son cerca de 10 mil, es decir, que presentaron sus papeles y pueden conducir cuando quieran. Si a eso sumamos a los que se han registrado en la plataforma, pero que están en proceso de subir sus papeles o que están esperando la aprobación, la cifra llega a 25 mil”, explica Carlos Schaaf, gerente general de Uber Chile.
La cantidad de interesados no es extrañar. Daniela dice que una personas que trabaje regularmente de lunes a viernes, puede generar ingresos de 200 mil pesos semanales, como mínimo.
Schaaf agrega que el sistema también es atractivo para los pasajeros, que ya si se usan el servicio más básico, el costo de un viaje se reduce entre 20% y 40% respecto de un taxi.
Relaciones cortadas
El ejecutivo asegura que sus operaciones en el país son legales. Pese a ello, ejecutivos de la firma se han reunido con autoridades del Ministerio de Transportes y Telecomunicaciones (MTT) para disipar las dudas y pedirles ayuda para regular esta actividad que califican de privada y no pública, como plantean sus detractores. Pero las conversaciones no prosperaron y Schaaf admite que el Ministerio dijo que no los ayudarían.
El seremi de Transportes de la Región RM, Matías Salazar, reconoce las reuniones. “Le hicimos ver que estábamos dispuestos a conversar, en tanto cesaran inmediatamente su operación, lo que por cierto no sucedió”, señala.
Agustín Guilisasti, gerente general de Cabify, aplicación de taxis de lujo, plantea que es urgente que todos los actores se reunan de una vez para regular el tema. Explica que el transporte privado para empresas está normado, pero el problema se produce con el transporte privado de personas naturales. Por esta razón, dice que los autos de la firma que cuentan con los permisos del MTT igual son multados. “Ahí está el error. ¿Cuál es el incentivo para que saquemos las autorizaciones? Las leyes van más lento que la tecnología”, advierte.
Sobre Uber, Salazar es claro. “En Chile usar autos particulares para hacer viajes de transporte público es ilegal”. Por eso, desde el Ministerio realizan fiscalizaciones para multar y sacar a estos vehículos y otros servicios informales de circulación. Las multas parten en las 15 UTM ($677.700) las que se duplican en caso de reincidencia. En 2015 hubo 30.703 controles, se cursaron 6.589 infracciones y se retiraron 2.752 vehículos de circulación. Este año van 6.235 fiscalizaciones, 1.393 multas y 734 retiros de transporte informal, entre ellos, los que funcionan con estas dos aplicaciones.
Salazar precisa que los vehículos particulares que ofrecen transporte no entregan garantías a los usuarios y pide no usarlos. “Si hay un accidente nadie responderá (…) además, no existe ninguna regulación tarifaria”.
Sobre las críticas, Daniela dice que Uber pide a los socios un seguro de accidentes adicional al obligatorio, el que debe ser renovado cada un año.
Demanda
La ofensiva contra Uber se intensifica en aeropuertos, centros comerciales y eventos masivos. “Jurídicamente se trata de una infracción de tránsito y en esa calidad, lo que tiene que suceder es que debe ser detectada en la calle”, precisa el seremi.
El presidente de la Confenatach (Confederación Nacional de Taxis de Chile), Luis Reyes, señala que han solicitado ir más allá de la fiscalización. “Queremos pedirle a la autoridad que haga una demanda legal contra esta aplicación”, dice, quien advierte que si no resulta llegarán hasta la presidenta Michelle Bachelet.
Salazar dice que las herramientas legales con las que cuentan no permiten presentar una demanda, sólo sancionar la infracción de tránsito.
Schaaf insiste en que no son transporte público, pero desde el Ministerio responden que hasta el transporte privado tiene su normativa y en la que debe mediar, al menos, un contrato entre las partes, lo que acá no sucede. “Lo que hemos dicho a Uber es que operen su servicio, pero con autos autorizados y eso en Chile son taxis”, advierte Salazar.
Sin embargo, el parque de taxis se congeló el año pasado por cinco años y solo se puede acceder a uno si alguien lo está vendiendo.
Las aplicaciones también están en la mira del Sernac. En lo que va del año Uber y Cabify acumulan siete reclamos. “El Sernac se encuentra examinando la publicidad, y los términos y condiciones informadas a los consumidores, para evaluar si se encuentran ajustadas a la normativa. En ese marco también se encuentra coordinando acciones con el Ministerio de Transportes para resguardar los derechos de los usuarios”, explicó el organismo.