Con dos frecuencias semanales, barcaza pone fin a precaria conectividad marítima en Aysén

barcaza aysenPor Soledad Neira Farías.

“Queulat” fue construida en China para servir la Ruta Cordillera, entre Quellón y Puerto Chacabuco:

Servicio tiene unos 90 mil usuarios anuales, para una travesía que dura más de un día por el golfo de Corcovado.

“Esto siempre había sido una desgracia. Todos tirados en el piso, durmiendo en los pasillos. ¡Tirados!”, recalca Janette Alvarado, una isleña que, como muchos ayseninos, tiene grabada en su mente duras y azarosas jornadas marítimas cruzando el golfo de Corcovado, hacia o desde Quellón, paso obligado cuando se viaja al continente, a donde van por motivos laborales o para buscar mejor atención de salud.

Por eso, Janette y decenas de sus vecinos de la pequeña localidad de Melinka -que con 1.760 habitantes es la más poblada de las islas Guaitecas- fueron espontáneamente al bautizo de la barcaza “Queulat”. “Estaba mora; sin bautizar, pues”, explica una tímida isleña, quien asegura que “para mayor seguridad, tenían que bautizarla no más”.

Y aunque muchos ya habían viajado en ella -estaba en marcha blanca hacía ya casi un año-, recorrían las dependencias extasiados.

Con un costo total (incluida su habilitación) de unos US$ 9 millones, la nave se ve luminosa, con espacios amplios y enormes ventanas, pantallas de TV donde en trayectos largos se exhiben películas, o zonas con asientos en las cubiertas para disfrutar -aun con lluvia- del paisaje, que esta semana incluyó avistamiento de ballenas azules y delfines chilenos.

“Sin conectividad no somos nada”, dice el alcalde de Guaitecas, Cristián Alvarado. Señala que “para nosotros, la barcaza es todo, por lo que tener barcos cómodos, seguros, que acortan los trayectos, es un gran aporte a una zona tremendamente productiva”.

Porque aunque la comuna suma apenas dos mil habitantes, en épocas de cosechas de la industria salmonera o del erizo llega a tener entre 8 y 10 mil, “una enorme población flotante”, explica el alcalde.

Unas 90 mil personas, en dos frecuencias semanales, son los usuarios del navío, que incluye recaladas en otras localidades costeras de Aysén: de norte a sur, Quellón, Melinka, Raúl Marín, Santo Domingo, Melimoyu, Puerto Gala o Isla Toto, Puerto Cisnes, Puerto Gaviota, Puerto Aguirre y Puerto Chacabuco (ver mapa).

Héctor Henríquez, director de la compañía Naviera Austral, dueña de la embarcación, explica: “La nave, construida en China, recogió en su diseño requerimientos de los usuarios en el tiempo que estamos operando esta ruta, porque queríamos hacer un aporte concreto a la integración territorial del sur austral”.

Entre otros avances, el transporte incluye un ascensor entre las cubiertas. “Tenemos muchos pasajeros de la tercera edad, muchos abuelitos o personas que llegan con muletas o en sillas de ruedas, para quienes era muy difícil subir las escaleras de un barco”, comenta Marcelo Torres, gerente comercial de la naviera.

La barcaza opera con un subsidio del Ministerio de Transportes, y el intendente de Aysén, Jorge Calderón, subraya que “en cada licitación se busca mejorar el estándar no solo de número, sino también de seguridad y de calidad”.

COSTO
Unos US$ 9 millones sumó el proyecto diseñado para operar en extremas condiciones.