Arte y Ciudad. Entrevista a la muralista Wendy: “El arte en la calle entrega a los habitantes un mensaje más genuino”
A finales de 2002, Wendy conoció un grupo de artistas callejeros que, en sus palabras “vivían, respiraban y comían graffiti y muralismo“. Al juntarse con ellos, se inspiró, aprendió y comenzó a pintar. “Agradezco haberlos conocido“, dice.
Pero pasar de apreciar ese arte urbano a hacerlo, fue difícil. Según Wendy, cuándo veía murales y graffitis por la ciudad de Santiago los encontraba de tan buena calidad que siempre se preguntaba: “¿Qué puedo hacer yo?”. Como aún no se sentía suficientemente buena dibujando, optó por encontrar un símbolo, una imagen que le gustara y con que se pudiera identificar. Fue así que eligió las chinitas y empezó a pintar muros con esa imagen.
Cinco años más tarde, conoció a la muralista Anis. Juntas crearon la pareja Abusa crew, su equipo propio de trabajo que busca mezclar el arte urbano a sus inquietudes sociales y sus maneras de ver la vida. Wendy dice que ahí fue cuando se hizo “más consciente de que quería comunicar al pintar“. Así, ambas realizaron talleres y murales participativos con niños en poblaciones vulnerables y con mujeres, empoderándolas a través de la pintura.
Su arte fue así como se extendió. Pintó en la Villa Portales, en Estación Central; en el Museo a Cielo Abierto de San Miguel, y en países latinoamericanos como Brasil, Argentina, Ecuador, Perú y Bolivia, además de participar en festivales haciendo sus murales.
Recientemente, Wendy participó de la exposición Muchachitas Pintoras junto a otras 39 exponentes del muralismo y graffiti. Ella nos cuenta que “el arte en todas sus formas y expresiones nos sana“. Es por eso que se encuentra actualmente realizando arte como terapia para sanar el cuerpo, el trauma y restituir los derechos de los niños en la ONG Raíces.
Aquí, nuestra entrevista con Wendy.
1. ¿Cuál crees que es la importancia del arte en el espacio público?
El arte en general nos hace bien a los seres humanos, nos permite la contemplación y conexión con el espíritu y el cuerpo y si se encuentra en el espacio público tienen un mayor alcance este beneficio. La importancia está en la expresión, poder salir a la calle y manifestar nuestras experiencias, poder hacer uso del espacio público para expresar y canalizar nuestra mente, alma, inquietudes, ilusiones, descontentos. Puede ser desde un tag hasta muros a gran escala, ambos son igual de válidos al momento de expresarnos.
2. ¿Qué impacto genera el arte urbano en la ciudad y en sus habitantes?
Estamos llenos de publicidad por donde vamos en la ciudad, qué vestir, qué comer, cómo vivir. Llenos de estereotipos y necesidades impuestas. Creo que el arte en la calle es lo único que nos libera de toda esa información que hay en las ciudades y entrega a los habitantes un mensaje más genuino. Es capaz de darle vida a un lugar que nunca te diste cuenta que existía, puede hacer más grato tu recorrido en la micro, puede generar un diálogo entre la obra y el transeúnte, puede gustarle o desagradarle, pero genera un espacio de comunicación.
3. ¿Crees que el arte urbano es valorado en Chile?
No sé si realmente hay una mayor valoración, creo que está más visibilizado, ya que hay mucho en todas partes y con diferentes estilos. Por lo general la gente quiere y valora el trabajo de muralistas o grafiteros que tienen experiencia, porque se aseguran un resultado, pero se olvida de que para lograr eso tuvo que pasar muchos años de experimentación y tal vez (haya realizado) trabajos no tan bonitos. Creo que para que exista una valoración se debe tener conciencia de todo el proceso que implica pintar y que no se debe discriminar ni limitar las oportunidades a quienes comienzan o tiene estilos no tan ‘políticamente correctos’.
4. ¿Cuáles crees son las principales diferencias entre exponer en una galería privada y en el espacio público?
Son muy diferentes, estar en la calle pintando te hace parte del espacio público, la gente se olvida de que no se habla con un extraño y te pregunta qué vas a hacer, qué quieres transmitir, entrega sus propias interpretaciones, te das cuenta de cómo funciona el contexto en el que estás detenida un par de horas o una semana. Las dimensiones de lo que se pinta son diferentes y el mensaje es más amplio. Al terminar la obra en la calle, ésta ya no te pertenece, pasa a ser parte de la calle, de todos y de nadie y la gente la puede ver a la hora que sea, sin distinción de edad, ni condición económica.
En cambio el trabajo de taller posee una intimidad, una conexión con tu mundo interno y un tiempo diferente, al llevarlo a la galería, el público es determinado, posee un interés creado y se tiene un horario establecido.
5. ¿Qué buscas entregarle a la ciudad a través de tu obra?
Mi búsqueda va en aportar espacios de calma, alegría, reflexión, fantasía. Una invitación a desarrollar la percepción e imaginación, poniendo a disposición obras que permitan viajes y meditaciones entre trazos y colores. Pero la gente se queda con lo que quiere.
6. ¿Qué factores crees que influyen en la permanencia de una obra en el espacio público?
La permanencia es casi al azar , todo influye, el clima, la gente, la calidad de los materiales, si destruyen el muro para hacer un edificio, si hay elecciones… Cuando la gente o la comunidad siente que les pertenece o los refleja, los cuidan y esto puede prolongar más su permanencia.
Para conocer mejor el trabajo de Wendy, te invitamos a visitar su Flickr y Facebook.