Cinco ideas para aprovechar los espacios subterráneos de las ciudades
Un huerto, un acuario, un parque, un estacionamiento, un centro de investigación…en el subterráneo. La idea es aprovechar espacios en las ciudades que no están siendo utilizados para transformarlos en lugares habitables. Por ejemplo, antiguos caminos o recorridos de trenes. Aquí, te presentamos cinco lugares con esa temática. Algunos ya existen, otros todavía están en el papel.
1. Huerto en Londres
11 pisos por debajo de una de las líneas más concurridas del metro de Londres (la línea Northern Line, que conecta el norte y el sur de la ciudad), a 33 metros de profundidad se encuentra el primer huerto subterráneo del país. Su objetivo es hacer crecer las verduras y reaprovechar los túneles construidos en 1940 como refugios para la población durante la II Guerra Mundial.
Los largos túneles están repletos, de suelo a techo, de estanterías en las que están plantadas lechugas y hierbas aromáticas que pueden ser cosechadas y enviadas a la superficie. Las plantas crecen gracias a iluminación de luz de LED, que sustituye la luz solar. Tampoco se usan pesticidas, y el cultivo, que es hidropónico, permite utilizar un 70% menos de agua que si la granja estuviese situada en la superficie.
La granja es así capaz de producir entre 5 y 20 toneladas de cosechas al año (dependiendo de las plantas cultivadas), y eso que actualmente sólo ocupa el 25% de la superficie de los túneles en los que se encuentra.
2. Acuario en Ciudad de México
El Acuario Inbursa es el único subterráneo de toda América Latina, está a 25 metros bajo tierra y mide 3.500 metros cuadrados, lo que lo convierte en el más grande de México. Ubicado en la zona de Nuevo Polanco, frente al moderno Museo Soumaya, en la Ciudad de México, cuenta con 48 salas de exhibición y cinco peceras gigantes distribuidas en cuatro niveles. El acuario reúne a 230 especies y alrededor de 5.000 ejemplares acuáticos.
La razón principal por la cual el acuario se construyó bajo el suelo es que su propietario no quería que nada estorbara la vista del Museo Soumaya, donde se exhibe su colección privada que incluye, entre otras, obras de Augusto Rodin, Salvador Dalí y Tintoretto. Pero también fue una decisión práctica: el terreno disponible para realizarlo no alcanzaría para albergar 1,7 millones de litros de agua de mar, las especies distintas y todas las instalaciones necesarias para conservarlos.
El acuario se construyó de arriba hacia abajo, es decir, primero se colocó el piso de concreto del primer nivel subterráneo, luego se excavó el siguiente donde también se estableció una base de cemento y así hasta concluir el edificio. La construcción está rodeada de un Muro de Milán que es una protección de concreto y polímeros para evitar deslaves y movimientos del terreno, pues a unos metros de la zona circulan ferrocarriles de carga.
3. Parque subterráneo en Nueva York
El proyecto, llamado Lowline, fue dado a conocer en 2011 y hasta hoy está en el papel. Lowline trata de convertir una antigua estación subterránea de tranvías en un trozo de naturaleza bajo el asfalto de Manhattan. Además, busca solucionar la necesidad de espacios verdes, contemplar la historia de la ciudad y motivar la inspiración de la tecnología.
El parque subterráneo quiere crearse en el Lower East Side, uno de los barrios con menos espacios verdes de Nueva York. Para cumplir con ese deseo, los desarrolladores del proyecto quieren recuperar un espacio único en la historia de la ciudad: una vieja estación de tranvías abandonada desde 1948, que todavía mantiene su viejo adoquinado, su entramado de vías y sus techos abovedados. Estas instalaciones, que ocupan unos 4.100 metros cuadrados, son un espacio que, se pretende, no se transforme en un simple estacionamiento de autos.
La cuestión es cómo conseguir mantener con vida vegetación bajo tierra y cómo construir un espacio subterráneo que incite realmente al esparcimiento de los ciudadanos. Y aquí es donde entra en juego la tecnología. La viabilidad de la propuesta se apoya en un sistema denominado ‘claraboya a distancia’, diseñado por James Ramsey, de Raad Studio. Este sistema recoge la luz solar en la superficie y la deriva a un complejo laberinto de reflexión que la multiplica hasta generar una sensación de luz natural a varios metros bajo el suelo y permitir, además a las plantas, árboles y césped realizar la fotosíntesis.
4. Estacionamiento de bicicletas en Amsterdam
Amsterdam posee una de las mayores densidades de bicicletas por metro cuadrado del mundo, ya que el 57% de la población de la ciudad se desplaza en bici a diario. De hecho, tiene tantas, que las autoridades holandesas han tenido que buscar soluciones extremas para dar cabida a tantos vehículos de dos ruedas. Una de esas soluciones es un masivo estacionamiento subterráneo cerca de la estación central, en el centro de la ciudad, uno de los lugares con más flujo de ciclistas al día.
La ciudad tiene previsto comenzar las obras de este estacionamiento entre 2017 y 2021. Cuando esté terminado, ofrecerá espacio para 17.000 bicis cuyos propietarios podrán acceder a ellas directamente desde el metro. Gracias a dos islas flotantes en los canales con espacio para 2.000 vehículos más, y a ampliaciones de los espacios actuales, el ayuntamiento confía en poder ofrecer 30.000 plazas de estacionamiento en esa zona para 2030.
5. Centro de investigación en Singapur
Diseñada para albergar 300.000 metros cuadrados de instalaciones dedicadas a la investigación y el desarrollo, entre los 30 y los 80 metros debajo de la superficie, la ciudad apoyará a las industrias biomédica y bioquímica, entre otras. El centro de ciencias, con unas 20.2 hectáreas, se ubicarían 30 pisos por debajo de un parque de ciencias en el oeste de Singapur y pretende ser la solución para la falta de espacio para esta ciudad-estado en la que viven 5.4 millones de personas y en la que se esperan 1,5 millones más para los próximos 15 años. Si se completa, se estima que allí trabajarán unas 4.200 personas.
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