Buses del Transantiago alcanzan mayor nivel de rechazos en revisiones técnicas desde 2011

transantiagoPor: Manuel Valencia.

Causas más frecuentes se relacionan con el estado de las carrocerías, piezas sueltas y fallas en los frenos: Cada uno de los 6.565 buses de la flota debe pasar dos chequeos anuales. El año pasado hubo 9.484 rechazos. Mientras el Gobierno lo atribuye a falta de mantención, expertos apuntan al vandalismo, al mal estado de las calles y a la antigüedad del parque.

A poco más de una década desde que los primeros 1.181 buses del Transantiago comenzaran a rodar por las calles de la capital, las máquinas ya comienzan a completar su vida útil de un millón de kilómetros, según se estimaba en 2005.

Parte de esa “vejez” se aprecia a simple vista: carrocerías desvencijadas, fuelles rotos, amortiguadores estropeados y frenos con molestos chillidos.

Las cifras corroboran este desgaste. Según un informe obtenido por “El Mercurio” a través de la Ley de Transparencia, el año pasado los buses alcanzaron el mayor promedio de rechazos en las plantas de revisión técnica de los últimos cuatro años.

Reglamentariamente, cada bus debe someterse a dos chequeos anuales. Y en promedio, cada uno reprobó 1,45 revisiones en el período, frente a 1,39 del año anterior. Se trata del indicador más alto desde 2011, cuando aún circulaban más de mil llamados “buses enchulados”, antiguas micros amarillas pintadas con los colores del Transantiago.

Guillermo Muñoz, director de Transporte Metropolitano, atribuye el alza al déficit de mantención por parte de algunos operadores. “Hay buses que tienen seis o siete años con buen mantenimiento y no presentan problemas de operación o comfort”, plantea.

El Estado -agrega- ha trabajado con los operadores en contratos de provisión que buscan facilitar el recambio de flota. Este sistema opera a través de créditos ( leasing ) para pagar el bus en plazos de seis a ocho años. “Eso muchas veces excede el contrato, y ahí establecemos que el bus pasa a otro operador, que paga la cuota”, precisa.

El académico de Ingeniería en Transportes de la U. de Chile Alejandro Tirachini, agrega como causas el mal estado de la red vial y el poco cuidado de los usuarios. “En Santiago, los buses nuevos en pocos años están en estado deplorable y eso es injustificable, considerando lo que el Estado invierte en el sistema. La vialidad es pésima. Los hoyos dañan a todos, pero los buses son los que más sufren, junto con los pasajeros que deben soportar buses en mal estado, vibraciones y exceso de ruido”, opina.

De los 9.484 rechazos registrados en 2015 (considerando las dos revisiones anuales que deben realizar los 6.565 buses del sistema), 8.605 (91%) obedecieron a faltas en la inspección visual, es decir, daños en las carrocerías y el ” lay-out ” (disposición de espacios internos) de las máquinas.

Según el especialista en transportes y ex coordinador de Transantiago Raimundo Cruzat, estas fallas también se pueden vincular a un incremento en el vandalismo. “Se ven mucho más deteriorados que antes. También da la impresión de que las empresas tienen menos capacidad para limpiarlos o recuperarlos. Es probable que en este aspecto, en que había mucho control en el inicio, haya habido relajos en los contratos de 2012, por las quejas de los operadores”.

Otros motivos de rechazo en las revisiones técnicas durante el año pasado fueron las “holguras” (piezas sueltas de los buses), que llegaron a 3.764 casos, y problemas en los frenos (1.892). También hubo reprobaciones por la medición de la opacidad por emisiones (417), luces (297), alineación (151), ruidos (33), identificación (6) y ángulos de giro (3).

Rediseño
En los análisis de los contratos de 2017 se estudia la antiguedad máxima que deberá tener la flota.

”La mayor cantidad de rechazos se produce durante la inspección visual. Se vincula con aspectos del confort y mantención de la carrocería, que no son adecuados”.
GUILLERMO MUÑOZ
Director de Transporte Público Metropolitano

”El mantenimiento deficiente de las empresas es un tema de incentivos en los contratos, que es un problema eterno del Transantiago”.
ALEJANDRO TIRACHINI
Especialista en Transportes U. de Chile