Ciudades para personas: observar a las ciudades para convertirlas en espacios más humanizados

Ciudaddes para Personas.

Ciudades para Personas.

Ciudades más humanas. Ese es el pedido clave de un grupo de tres investigadoras brasileñas (Natalia García -periodista-, Juliana Russo -ilustradora- y Raffaela Pastore -publicista) que desarrollaron el proyecto Ciudades para Personas (Cidades para Pessoas, en portugués).

Juntas, visitan ciudades de su país y del mundo para interpretar lo que conocen en esos lugares y difundir las iniciativas que, según ellas, hace de esas ciudades espacios pensados para las personas. Para eso, ellas realizan reportajes, diarios, videos, mapas, charlas y exposiciones.

Es que, según ellas, la organización de las grandes ciudades actualmente impone una serie de limitaciones a las relaciones humanas: porque son espacios pensados más en los autos que en las personas y porque hay pocas instancias para compartir con los vecinos y cercanos. Y esto tiene un impacto directo en la vida de los ciudadanos en términos de circulación, cultura, intercambios de experiencias, lo que altera el modo de vivir de la población en conjunto.

Ciudades para Personas.

Ciudades para Personas.

De acuerdo con las investigadoras, su misión es crear narrativas que transformen la mirada de las personas sobre cómo vivir en una ciudad mejor. Por eso, ellas ya han recorrido 15 ciudades de Latinoamérica (entre ellas, Sao Paulo, Ciudad de México y Bogotá), Europa y Estados Unidos y más de 100 en Brasil. Su método de investigación consiste en primero observar los espacios públicos, luego escuchar los relatos de las personas que están ahí, ver lo que ocurre en esos lugares, prestar atención a situaciones que solo se viven ahí, plasmar en dibujos lo que ven, dar espacio para lo imprevisible e interpretar los aprendizajes y reflexiones.

Cuando fueron a Bogotá, destacaron el hecho de que en 15 años se dotó de un sistema de transporte público que llega casi a todos los barrios, ciclovías, plazas revitalizadas, parques y áreas abiertas. Allí se dieron cuenta que este lugar es una prueba de que es posible cambiar en un breve lapso.

Flickr Commons

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Analizando esa ciudad, concluyeron que ese caso puede ser replicado en otras ciudades latinoamericanas que se desarrollaron, en gran medida, después de la Segunda Guerra Mundial, cuando los automóviles se produjeron en gran escala en todo el mundo y fueron considerados un símbolo de estatus.

Así, escribieron en 2013 el reportaje Bicicleta en los extremos, que buscó dejar en evidencia cómo los habitantes de la periferia en algunas ciudades de Latinoamérica se ven afectados porque el transporte público no llega a las cercanías de sus casas.

Con ese método, las investigadoras afirman que no buscan llegar necesariamente a una respuesta correcta, pero sí a caminos posibles para hacer de las ciudades lugares mejor pensados para sus habitantes. Todas sus investigaciones están disponibles en su página web, junto a sus ideas y experimentos. Ahí todos pueden, por ejemplo, pedirles que vayan a su ciudad o comentarles proyectos novedosos alrededor del mundo.

Te invitamos a conocer mejor ese proyecto en su página web.