Los ascensores que seguirán en espera
Nueve son los ascensores considerados patrimoniales en Valparaíso, protagonistas de postales, fotografía e incluso de canciones. En el segundo semestre del año pasado, el Villaseca, ubicado en Playa Ancha, y el Monjas, en el cerro del mismo nombre, fueron sometidos a las últimas evaluaciones por un grup de expertos de la Universidad Federico Santa María (USM), antes de iniciar su reparación total.
Pero el resultado de los análisis no fue alentador. Gran parte de su estructura electromecánica estaba dañada por la corrosión y el óxido, por lo que su intervención podría quedar pospuesta para 2017.
“La situación de estos dos elevadores contrasta con la de los ascensores Cordillera, Florida y Espíritu Santo, que este año comenzarán su restauración”, aseguró el intendente regional, Gabriel Aldoney, quien se reunió con el subsecretario de Obras Públicas, Sergio Galilea, e informó que esta inversión tendrá un costo total cercano a los $ 6 mil millones.
El seremi de Obras Públicas, Miguel Saavedra, confirmó que la restauración del Monjas y Villaseca podría tardarse. “La recuperación de los ascensores está contemplada para este año, pero no se descarta que otro grupo de máquinas puedan iniciar el proceso en 2017”, dijo.
El académico del Departamento de Ingeniería Mecánica de la USM, Humberto Miranda, quién trabaja desde el año pasado junto a otros tres expertos en la inspección y análisis para la restauración de estos dos funiculares, luego de que la empresa contratada por el MOP, Jaime Migone Arquitectos Asociados, solicitara su apoyo en esta tarea, ratificó que estos ascensores son el último grupo que será recuperado.
Miranda también indicó que la reparación completa “del sistema electromecánico de ambas máquinas tardará entre nueve y 12 meses”.
En el caso del ascensor Monjas, cerrado en 2009, dijo que “la dificultad está en el tamaño de las piezas. Tenemos pensado recuperar la máquina de tracción y los cables. Los carros deben ser cambiados por corrosión, ya que han quedado en el fondo del recorrido”, expuso Miranda.
Precisó que para dar vida nuevamente a los ascensores han debido integrar varios elementos: “Es importante que la instalación no falle en el tiempo, que el sistema sea capaz de diagnosticar las fallas. También hemos apostado por darle valor patrimonial al ascensor”.
El experto informó que el ascensor Villaseca, que lleva 10 años cerrado, también se va a recuperar.
Debido a lo antiguo y rústico de su estructura, los ascensores de los cerros de Valparaíso también han generado la alertas entre los expertos debido a la seguridad de sus instalaciones. Miranda sostuvo que la Ley 20.296, que fija las normas para de mantenimiento de elevadores, no es suficiente: “Han basado el proyecto de restauración en las normas técnicas ferroviarias para regular el uso de la línea férrea y durmientes, y la que más usamos es una norma española de 1998 del Ministerio de Transportes de España, además de una normativa estadounidense para uso de escaleras mecánicas”.