La promesa de la agricultura urbana choca con la realidad en EE.UU.
Por los altos costos que conlleva y el mayor tiempo que se requiere para conseguir permisos:
Estas granjas combinan conocimiento de cosechas, uso de fertilizantes, iluminación y sistemas de sensores para monitorear condiciones como la temperatura y la humedad.
En una muestra de creatividad, una serie de startups de Estados Unidos ha surgido en los últimos años con la meta de cultivar verduras en los techos de los edificios de las ciudades y transformar viejas fábricas en granjas cubiertas. No obstante, su empeño por producir lechugas localmente se ha topado con la dura realidad de los negocios.
BrightFarms Inc. canceló el año pasado la construcción de un invernadero en Washington, D.C., después de pasar 10 meses gestionando los correspondientes permisos. La empresa ya había archivado el desarrollo de una granja bajo techo en Brooklyn, Nueva York. FarmedHere LLC, que opera una granja en una ex fábrica de cajas en las afueras de Chicago, suspendió sus operaciones por seis meses el año pasado para reformular su estrategia.
La construcción de granjas en las azoteas de los edificios en las ciudades es “un esfuerzo ingenuo” debido a los costos más altos y el tiempo adicional que se necesita para conseguir los permisos, señala Paul Lightfoot, presidente ejecutivo de BrightFarms. La empresa, que ha recaudado más de US$ 25 millones en capital y US$ 15 millones en financiamiento de proyectos, ahora se ha enfocado en la explotación de granjas invernadero fuera de los centros urbanos.
“La escala crece muy lentamente y se gasta el dinero de los inversionistas”, dice Lightfoot en alusión a los proyectos en ciudades. El costo de una instalación en Washington, D.C., sería un 20% mayor que el invernadero de US$ 8,5 millones que la empresa construyó en el área suburbana de Virginia, indicó.
Las startups con fines de lucro financiadas por capital de riesgo han tratado de transformar la agricultura cultivando productos como lechugas y hierbas en las grandes ciudades o cerca de ellas. La idea es que las granjas urbanas prometen una provisión continua de verduras, con menos despilfarro y transporte más barato que los productos de California o México.
Esto tiene poco que ver con los jardines comunitarios ubicados en estacionamientos vacíos que muchos asocian con la agricultura urbana. Gotham Greens Farms LLC, que ha levantado unos US$ 30 millones, informa que vende más de 20 millones de cabezas de lechuga y verduras de hoja al año a restaurantes, empresas de servicios alimentarios y cadenas de supermercados como Whole Foods Market Inc. La empresa, fundada en 2009, opera cuatro invernaderos, incluyendo uno en una fábrica en Queens, Nueva York, que antes albergaba a Ideal Toy Co., un fabricante de osos de peluche y cubos de Rubik.
La agricultura interior de alta tecnología puede demandar inversiones de millones de dólares y una combinación sofisticada de un profundo conocimiento de cosechas, uso de fertilizantes, iluminación y sistemas de sensores para monitorear condiciones como la temperatura y la humedad.
AeroFarms dice que recaudó más de US$ 70 millones en financiamiento corporativo y de proyectos. La compañía no es rentable, pero prevé que cada una de sus granjas tenga un flujo de caja positivo en su primer año.
FarmedHere, que reanudó sus operaciones en febrero, dejó de lado el modelo acuapónico que dependía de una granja de tilapias para generar el fertilizante necesario para cultivar lechugas, albahaca y otros vegetales verdes. Ahora, la empresa, que ha recaudado unos US$ 13 millones, usa fertilizantes orgánicos derivados de plantas.
La mayoría de las startups cultiva lechugas y hierbas de ciclos breves de crecimiento y de buena adaptación a ambientes controlados. Edenworks, una empresa de Brooklyn, asegura que puede producir múltiples variedades de minilechugas en su granja bajo techo en apenas 18 a 21 días, comparado con un ciclo de entre 28 a 35 días para las cultivadas en forma tradicional.
“Nuestra economía por unidad es mejor que la de un agricultor que cultiva unas 400 hectáreas en Salinas, California”, señala Jason Green, presidente ejecutivo de Edenworks, quien resalta que un ciclo de desarrollo más corto y una operación durante los 12 meses del año les permiten recoger su cosecha más a menudo que los competidores que operan en granjas tradicionales. Igualmente, al estar ubicados más cerca de los compradores, Edenworks disminuye los costos de transporte y almacenamiento, asevera.
De todos modos, no es fácil cuadrar las cifras. En una segunda granja interior que todavía no ha construido, Edenworks contempla reducir los costos laborales en más de 50% al automatizar actividades como plantación de semillas, cosecha, lavado, secado, embalado y rotulado. “Los números no calzarían de otra manera”, dice Green.
El sabor es otro aspecto complicado. No hay un consenso en el sector sobre qué combinación de iluminación, fertilizantes y métodos de cultivo produce los vegetales más sabrosos al menor costo. Algunas startups operan invernaderos, mientras que otras colocan bandejas de plantas una encima de la otra en las llamadas granjas verticales que dependen de sistemas de iluminación en vez del sol.
“Para los agricultores hidropónicos es más difícil lograr el mismo sabor que los productos o hierbas que provienen de las granjas tradicionales”, señaló Elly Truesdell, comprador de Whole Foods, que adquiere frutas y verduras de varios proveedores de alta tecnología. En la agricultura hidropónica, las plantas se alimentan de agua rica en nutrientes. Truesdell afirmó que los clientes están dispuestos a pagar más por productos cultivados localmente.
En Nueva York, un paquete de cinco onzas (unos 2,2 kg) de lechuga de Gotham Greens cuesta US$ 3,99, más o menos lo mismo que un paquete un poco más grande de verduras verdes orgánicas de marca propia de California y US$ 1 más que una cabeza de lechuga orgánica de una granja tradicional.
Viraj Puri, el presidente ejecutivo de Gotham Greens, señaló que la compañía tuvo que experimentar con decenas de variedades de col rizada, o kale, antes de optar por una que creciera bien en invernadero sin adquirir un sabor más amargo; también tuvo problemas para hallar una lechuga de hoja verde que no adoptara un sabor demasiado fuerte justo antes de la cosecha.
Objetivo
La idea es que las granjas urbanas prometen una provisión continua de verduras, con menos despilfarro