Informe técnico encargado por el MOP le recomienda demoler brazos del puente Cau Cau
Reemplazo de los tableros de la estructura basculante costaría entre US$ 10 millones y US$ 14 millones:
Análisis también abre opción de repararlos, pero esta alternativa no garantizaría terminar con las deficiencias del proyecto.
Casi diez años han transcurrido desde los primeros diseños que anticipaban un nuevo puente para aliviar la congestión de Valdivia y generar un acceso alternativo a la isla Teja. Una década después, el puente Cau Cau está visualmente construido, pero en lugar de cumplir su objetivo, es un elefante blanco convertido en hito turístico y una obra pública marcada por diversas deficiencias constructivas.
Un informe de “ingeniería forense” encargado por el Ministerio de Obras Públicas (MOP) a la empresa norteamericana Hardesty & Hanover -asociada con la chilena VMB- arrojó que el puente Cau Cau presenta más fallas de las que se habían descubierto en análisis previos.
Parte de estas conclusiones fueron presentadas ayer por el ministro Alberto Undurraga a la comisión de Obras Públicas del Senado, antes de dar a conocer el análisis el próximo martes en Valdivia. “El estudio observó problemas serios como el recrecido (láminas de acero) que se instaló el año 2013, cuando los puentes estaban al revés. Eso generó un efecto en el peso y en la estructura del tablero. Eso, sumado a problemas de trazabilidad, vale decir, del origen y calidad del acero, y del sistema constructivo, hacen que la Dirección de Vialidad tenga que analizar si es posible reparar el tablero o hay que pensar un cambio mayor”, señala.
El director de vialidad del MOP, Walter Brüning, aludió a problemas de capacidad de peso del puente y dijo que las vigas originales tienen la norma española. “Eso hace que el nivel de confort de una persona o un ciclista circulando cuando pase un camión sea menor”.
El estudio plantea dos opciones de solución: una de ellas es reparar. Según fuentes que conocen el informe, esto consiste, principalmente, en “desoldar” las láminas de acero. Eso sí, es riesgosa porque no se garantiza que la estructura no vuelva a presentar fallas.
Otro camino de solución es demoler los tableros y fabricar otros nuevos. Esta alternativa costaría entre US$ 10 millones y US$ 14 millones. Fuentes del sector sugieren para ello encargar la construcción de los nuevos “brazos” en Dinamarca o fabricarlos con especificaciones en Chile. También se postula como opción un sistema de atornillado en lugar de soldadura.
Añaden que existen dudas sobre la pertinencia del diseño del puente aprobado por el MOP. Sin embargo, modificarlo abriría espacio para una contrademanda por parte de la empresa que construyó la obra fallida con este diseño.
Con todo, lo único que se rescataría de la obra construida sería el sistema hidráulico, además de otras obras complementarias.
En cuanto a los plazos, el ministro dijo que la fecha establecida para entregar el puente, en junio de 2017, sufrirá modificaciones si se opta por una solución mayor. “El plazo que señalamos cuando detectamos la falla era cambiando el sistema de levante. Si los cambios son mayores a eso, naturalmente hay que cambiar el plazo”, planteó Undurraga.
El presidente de la Comisión de Obras Públicas del Senado, Alfonso de Urresti, dijo que la magnitud de las fallas mostrada por el informe es preocupante. “Hay que ser claro con la comunidad, explicar lo que ha ocurrido, establecer las responsabilidades y tener un calendario de solución de esta situación. No podemos vernos expuestos a que obras tan emblemáticas para una ciudad sean permanentemente dilatadas y sean sometidas a estos retrasos”.