La ciudad de los autos abandonados
Bloquean accesos a las casas, copan estacionamientos y, en algunas calles, se transforman en lugar de cobijo para indigentes y hasta en puntos de venta de drogas. Los autos abandonados en Iquique y Alto Hospicio se han transformado en un dolor de cabeza para los municipios de la Primera Región. Y también para las policías. Se calcula que entre ambas ciudades hay casi 4 mil vehículos en esa condición.
“El bajo precio de los vehículos permite que se adquieran muchas veces dos o tres móviles por familia; el mercado local es muy importante para las ventas de los importadores”, cuenta Patricio Sesnich, presidente del directorio de la Zona Franca de Iquique.
Y añade que “como administradores del sistema, producto de lo anterior, evaluamos hacer un catastro y determinar cuál es el futuro de los autos que no se venden y que en algunas ocasiones quedan acopiados en las calles”.
La alta cifra de vehículos abandonados se debería al bajo costo de los autos y la franquicia de la zona, a la cual pueden acceder sus habitantes. Durante 2015, por ejemplo, se vendieron 101 mil vehículos en la Zofri, de los cuales 34 mil se comercializaron para Arica-Parinacota y Tarapacá: 22 mil de ellos quedaron en ésta última región.
El volumen de autos abandonados en la calle ha obligado a los municipios a implementar planes de contingencia para su retiro. Incluso adquirieron camiones grúas.
“Hemos ido haciendo un diagnóstico de los barrios donde tenemos autos abandonados. Estos se convierten rápidamente en focos de basura y de tráfico. Buscamos actuar lo más rápido posible y en eso nos colabora mucho la comunidad con sus denuncias”, explica el alcalde de Alto Hospicio, Ramón Galleguillos.
El edil agrega que “lo que pasa es que la gente compra autos, después no encuentra los repuestos, los arreglos salen caros y prefieren comprarse otro, pues es fácil adquirir uno por cerca de un millón de pesos y, a veces, hasta menos”.
La autoridad comunal asegura que retiran un promedio de 10 vehículos por semana y que habría cerca de mil abandonados en las calles de Alto Hospicio.
“Tenemos tantos autos en el patio municipal que vamos a tener que trabajar en un proyecto para ampliar este recinto”, indica.
El mismo ejercicio realizan en Iquique. Según un diagnóstico del departamento de aseo y ornato de esa comuna, hay cerca de tres mil vehículos abandonados en la vía pública. “Nos llegan muchos reclamos de casas con sus accesos bloqueados, ocupando veredas y estacionamientos”, dice Carlos Morales, director de su unidad.
La situación también es observada por Carabineros, que coordinó un plan general para concretar el retiro total de los autos. Según el teniente coronel Rolando Ilabaca, subprefecto de servicios, los mayores focos están concentrados en la parte antigua de la ciudad. “Lo que hace la gente es dejar el vehículo que ha sufrido un desperfecto en la calle, empiezan a sustraerle partes o piezas y luego éstos quedan completamente abandonados, pues resulta muy caro el arreglo”, comenta.
El presidente de la Cámara de Comercio de Iquique, Rafael Montes, considera que “es imprescindible” un accionar más rápido frente a lo que denominó “plaga de autos abandonados”, los que a su juicio, se han transformado “en un atentado” para la imagen turística de la capital de la Primera Región.