Patagónicos quieren más espacios de entretención ante cambio de hora
En mayo, sus días se alargarán en oscuridad:
En Coyhaique el único cine no opera, en Puerto Williams viven de la TV satelital y en Porvenir el gimnasio que servía para eventos deportivos y artísticos se quemó.
Para quienes viven en Aysén y Magallanes, el atraso de los relojes en una hora a contar del 14 de mayo significará un cambio mayor que el del resto de los habitantes del país, porque en el extremo sur aumentará la oscuridad y con ello viene el encierro en las casas ante la falta de opciones de ocio.
“Acá salimos de noche en la mañana y de regreso del trabajo volvemos a oscuras. Ya a las cuatro y media no hay luz”, cuenta Mirna Álvarez, vecina de Puerto Williams, donde no hay cine y la principal entretención es ver películas a través de televisión satelital. En esa localidad de 2.200 habitantes, la penetración de la TV pagada supera el 60%.
En vacaciones de invierno el municipio celebra la Fiesta de la Nieve, donde se invita a todos a participar en competencias por alianzas. “Es una semana de actividades que ayudan a distraer y variar el panorama para los chicos en vacaciones de invierno”, explica la mujer.
Más al norte, en Aysén, sus habitantes también se preparan para “vencer” aquellos días en que no es posible realizar actividades al aire libre.
El reciente término del Festival de Cine de la Patagonia en Coyhaique se convirtió en un paréntesis para una ciudad cuyo único cine no funciona. Tampoco cuenta con parques urbanos ni centros comerciales.
Si en verano la privilegiada naturaleza de la región compensa las carencias de actividades recreativas, en invierno los paseos familiares se limitan a la plaza de armas, cuando el tiempo lo permite, o a una megatienda de artículos de ferretería y hogar.
“Igual genera un problema por el tema de salud mental, porque la gente necesita distraerse. Falta un cine donde, al menos, ver películas”, comenta Luis Navarro, santiaguino radicado hace cerca de un año en esa región.
“Las posibilidades de esparcimiento son absolutamente limitadas, más para una zona aislada como esta, a la cual se tarda dos días en llegar. Para cualquier compañía de teatro, por ejemplo, no resulta rentable venir. Estamos culturalmente aislados”, afirma Marcela Stormesan, pintora radicada en Villa O’Higgins.
En Porvenir, en la isla Tierra del Fuego, el dirigente vecinal Ramón Ramírez lamenta que “el principal gimnasio que aglutinaba a la comunidad para eventos deportivos y artísticos se quemara el año pasado”. Ahora se trabaja por reconstruirlo y el Ejército ofrece temporalmente el recinto que tiene en el Regimiento Caupolicán.
$1.104 millones dispone el Consejo Nacional de la Cultura y las Artes para actividades culturales en Aysén. En Magallanes la cifra asciende a $1.055 millones.