Sacar el barro que queda en edificios inundados de Providencia tomará al menos toda esta semana
Trabajos para extraer el material de los subterráneos obliga a mantener cerradas calles del sector:
Cantidad de agua y lodo que falta por remover de 12 inmuebles equivale a 13 pisos. Inicialmente eran 40 niveles anegados.
A poco más de una semana de la inundación sufrida en Providencia por el desborde del río Mapocho -ocurrida el domingo 17 de abril-, el balance hecho ayer por la municipalidad reveló que en los subterráneos de 12 edificios queda un equivalente a 13 pisos de agua y lodo.
Si bien es una cantidad importante de material que todavía resta por remover, es menos de la mitad de los 40 pisos de barro que se acumuló con la emergencia, que en su mayoría corresponden a estacionamientos de inmuebles comerciales y habitacionales, aunque también se vieron afectados locales que funcionan en los subsuelos de algunos recintos.
Y sacar esa cantidad de lodo desde el interior de los edificios afectados tomará al menos toda esta semana, tiempo en el cual se mantendrán cerradas las calles Suecia, Santa Magdalena, Nueva de Lyon, Andrés de Fuenzalida, Las Urbinas y Orrego Luco, entre las avenidas Andrés Bello y Providencia.
“Nosotros siempre dijimos que serían dos semanas mínimo de mucho trabajo”, sostuvo la alcaldesa de Providencia, Josefa Errázuriz, quien explicó que, por lo mismo, “las calles perpendiculares (a Andrés Bello), que dependen de nosotros, las mantenemos cerradas, porque eso hace menos difíciles las labores de limpieza”.
Lo anterior no solo para facilitar el movimiento de las cuadrillas de limpieza, sino también porque al extraer el barro desde el interior de los inmuebles se expulsa material hacia la vía pública.
De hecho, tal como ocurrió en las jornadas anteriores, anoche se suspendió el tránsito de vehículos en la avenida Andrés Bello para facilitar los trabajos. “En la medida en que hay tráfico, el retiro de material es muchísimo más lento (…) El cierre de calles es la única manera que nosotros teníamos de agilizar la operación”, sostuvo Errázuriz.
Según se explicó, la interrupción del tránsito vehicular en esta vía podría repetirse en los próximos días, dependiendo del avance de las faenas de limpieza.
Un desafío adicional que ha presentado esta labor es que con el paso de los días el barro se ha ido endureciendo, y las motobombas a las que se recurrió recién sucedida la inundación ya no se pueden utilizar. Ahora el trabajo es más pesado, y para ello se están usando equipos limpiafosas, cargadores frontales y camiones.
Mientras, los edificios anegados se mantienen sin electricidad ni calefacción, y algunos incluso sin agua potable, pues las instalaciones que permiten su funcionamiento están en los subterráneos afectados. Recién retirado el barro se podrá saber cuál es el daño real para esas comunidades y cuánto demorarán en volver a la normalidad.
Se reactiva el comercio
La que se ha denominado como “zona cero” de la inundación en Providencia corresponde al corazón comercial de la comuna, que durante la última semana vio mermada su actividad.
Sin embargo, locatarios reconocieron que durante el fin de semana pasado el público volvió a recorrer sus calles, y los negocios que abrieron pudieron ver cómo de a poco pueden comenzar a recuperarse.
Ricardo Navarro, asesor de la administración del edificio comercial Dos Caracoles, contó que “el sábado la gente volvió, y con ello comenzamos a recuperar la normalidad”.
Y para que incluso los locales que aún no pueden abrir reanuden las ventas, este sábado la municipalidad permitirá a los locatarios instalarse en la calle Las Urbinas para que ofrezcan sus productos en la vía pública.
Coordinación
Todas las noches se evalúa la situación de la comuna y se organiza el trabajo próximo.
Trabajos para extraer el material de los subterráneos obliga a mantener cerradas calles del sector:
Sacar el barro que queda en edificios inundados de Providencia tomará al menos toda esta semana
Cantidad de agua y lodo que falta por remover de 12 inmuebles equivale a 13 pisos. Inicialmente eran 40 niveles anegados.
Nadia Cabello A poco más de una semana de la inundación sufrida en Providencia por el desborde del río Mapocho -ocurrida el domingo 17 de abril-, el balance hecho ayer por la municipalidad reveló que en los subterráneos de 12 edificios queda un equivalente a 13 pisos de agua y lodo.
Si bien es una cantidad importante de material que todavía resta por remover, es menos de la mitad de los 40 pisos de barro que se acumuló con la emergencia, que en su mayoría corresponden a estacionamientos de inmuebles comerciales y habitacionales, aunque también se vieron afectados locales que funcionan en los subsuelos de algunos recintos.
Y sacar esa cantidad de lodo desde el interior de los edificios afectados tomará al menos toda esta semana, tiempo en el cual se mantendrán cerradas las calles Suecia, Santa Magdalena, Nueva de Lyon, Andrés de Fuenzalida, Las Urbinas y Orrego Luco, entre las avenidas Andrés Bello y Providencia.
“Nosotros siempre dijimos que serían dos semanas mínimo de mucho trabajo”, sostuvo la alcaldesa de Providencia, Josefa Errázuriz, quien explicó que, por lo mismo, “las calles perpendiculares (a Andrés Bello), que dependen de nosotros, las mantenemos cerradas, porque eso hace menos difíciles las labores de limpieza”.
Lo anterior no solo para facilitar el movimiento de las cuadrillas de limpieza, sino también porque al extraer el barro desde el interior de los inmuebles se expulsa material hacia la vía pública.
De hecho, tal como ocurrió en las jornadas anteriores, anoche se suspendió el tránsito de vehículos en la avenida Andrés Bello para facilitar los trabajos. “En la medida en que hay tráfico, el retiro de material es muchísimo más lento (…) El cierre de calles es la única manera que nosotros teníamos de agilizar la operación”, sostuvo Errázuriz.
Según se explicó, la interrupción del tránsito vehicular en esta vía podría repetirse en los próximos días, dependiendo del avance de las faenas de limpieza.
Un desafío adicional que ha presentado esta labor es que con el paso de los días el barro se ha ido endureciendo, y las motobombas a las que se recurrió recién sucedida la inundación ya no se pueden utilizar. Ahora el trabajo es más pesado, y para ello se están usando equipos limpiafosas, cargadores frontales y camiones.
Mientras, los edificios anegados se mantienen sin electricidad ni calefacción, y algunos incluso sin agua potable, pues las instalaciones que permiten su funcionamiento están en los subterráneos afectados. Recién retirado el barro se podrá saber cuál es el daño real para esas comunidades y cuánto demorarán en volver a la normalidad.
Se reactiva el comercio
La que se ha denominado como “zona cero” de la inundación en Providencia corresponde al corazón comercial de la comuna, que durante la última semana vio mermada su actividad.
Sin embargo, locatarios reconocieron que durante el fin de semana pasado el público volvió a recorrer sus calles, y los negocios que abrieron pudieron ver cómo de a poco pueden comenzar a recuperarse.
Ricardo Navarro, asesor de la administración del edificio comercial Dos Caracoles, contó que “el sábado la gente volvió, y con ello comenzamos a recuperar la normalidad”.
Y para que incluso los locales que aún no pueden abrir reanuden las ventas, este sábado la municipalidad permitirá a los locatarios instalarse en la calle Las Urbinas para que ofrezcan sus productos en la vía pública.
Coordinación
Todas las noches se evalúa la situación de la comuna y se organiza el trabajo próximo.