Roma se convierte en una ciudad “hágalo usted mismo”
Voluntarios tapan baches, desmalezan y sacan la basura: Ante la negligencia de autoridades acusadas de corrupción, organizaciones ciudadanas y vecinos toman la iniciativa para limpiar y cuidar la capital italiana.
Armados con palas y sacos de asfalto en frío, los residentes de Roma llenan los hoyos en las calles. Desafiando las ratas, desmalezan y sacan la basura de las riberas del Tíber y de los parques. Cansados de esperar por años que la ciudad reemplazara los árboles enfermos, los vecinos se meten la mano al bolsillo para pagar unos nuevos.
Los romanos están empezando a recuperar su ciudad, que por años fue saqueada y descuidada por funcionarios de la alcaldía y sus compinches, algunos de ellos enjuiciados como supuestos mafiosos.
Al hacer estos trabajos, los romanos están experimentando lo que para muchos italianos es un concepto nuevo y ajeno: un sentido de deber cívico.
Un domingo reciente por la mañana, Manuela di Santo pintaba sobre un grafiti en un muro de la Via Ludovico di Monreale, una zona residencial de clase media en el barrio de Monteverde. Algunos hombres, montados sobre escaleras, usaban lijadoras mecánicas para remover los grafitis en otro palacio. Mujeres y niños barrían la basura, llenando las bolsas negras que les entregó el servicio sanitario de la ciudad, feliz de que alguien haga el trabajo gratis.
“O yo ayudo a la ciudad, o nos venimos todos abajo”, dice Di Santo, que es una de las voluntarias de “Recuperar Roma”, una pionera entre un creciente número de organizaciones ciudadanas que en los últimos años se han dedicado a alentar a los romanos a que tomen la iniciativa y limpien y reparen su ciudad.
Los políticos locales se han confabulado con gánsters, con oscuros intermediarios y burócratas corruptos de la alcaldía, según las investigaciones de la fiscalía que han llevado a decenas de arrestos desde 2014. Algunos están acusados de usar métodos mafiosos de intimidación para hacerse con lucrativos contratos de obras públicas.
El último alcalde de Roma, que fracasó en la hercúlea tarea de limpiar Roma -literal y moralmente-, fue virtualmente forzado a renunciar hacia la mitad de su mandato en 2015. Hasta las elecciones municipales de junio, la capital italiana está siendo administrada por un comisionado designado por el gobierno, bajo una fórmula similar a lo que pasa con las alcaldías italianas que han estado bajo el mando de la mafia.
“Recuperar Roma”, que lleva a cabo proyectos de limpieza en toda la ciudad, ha recibido un creciente respaldo ciudadano, especialmente desde que el escándalo que estalló en 2014 hizo a los romanos darse cuenta de que los tan denostados servicios urbanos como el transporte y la recolección de basura habían servido durante años como base de una red de corrupción.
Con los fiscales todavía investigando más esquemas de corrupción y mayores controles sobre las nuevas licitaciones, los servicios públicos se han deteriorado aún más. La basura se acumula. Los hoyos se llenan de maleza, haciendo tropezar a peatones y motociclistas.
Gaetano Capone, quien sirve en un concejo distrital, se unió a unos 30 vecinos para retirar todas las botellas de cervezas quebradas, las latas de bebida y colillas de cigarro en las afueras de una estación de tren. Voluntarios en el comité del barrio Monteverde Vecchio le pagaron a un jardinero para que cortara la maleza que ya llegaba a la altura de la cintura.
Los romanos “entienden que la maquinaria de la ciudad ya no funciona”, dice Capone.
El celular de Cristiano Davoli no para de sonar con llamadas y mensajes de textos de ciudadanos que le avisan de enormes hoyos en las calles. Los fines de semana, Davoni y cuatro ayudantes que se hacen llamar “Tappami” (algo así como “Tápame”) cargan sus camiones con bolsas de asfalto en frío que han sido donadas y parten. “A veces es la policía municipal de tráfico la que me llama”, dice Davoli.