Colliguay sacude sus estigmas
Por: Audénico Barría.
Ubicada a 50 kilómetros de Quilpué, en la cordillera de la Costa de la V Región, la localidad ha sido un lugar elegido para esconderse desde los tiempos de la Colonia. Un rasgo que a sus habitantes ya no les acomoda y que buscan cambiar con el desarrollo del ecoturismo.
L uis Aravena empuja un carretón por el camino que conduce a Los Yuyos, la parte alta de Colliguay, en la precordillera de la Costa de la Región de Valparaíso. Los 54 años que tiene los ha vivido allí. Medio siglo en el que hasta ahora nunca ha visto abrirse las puertas del desarrollo.
-A esta localidad se la conoce más por las cosas malas que han pasado que por lo que realmente es, y eso es injusto.
El sentimiento que expresa es generalizado en esta localidad que no llega a las 300 familias, a 50 kilómetros de Quilpué y en alturas que llegan a 1.740 metros sobre el nivel del mar.
Luis Gallardo (70) lo comparte. Dice que se han hecho muchos esfuerzos por emprender, que las autoridades llegan, prometen y se van, pero que siguen siendo conocidos por hechos puntuales que figuran más en las páginas policiales de los diarios que otra cosa.
-Más bien como un lugar de escondite.
Es que Colliguay ha vivido a lo largo de su historia con una imagen un tanto oscura. Como dice Gallardo, principalmente como una guarida para ocultarse y no ser visto. Para perderse.
Lo hicieron los soldados realistas -cuenta la leyenda- cuando perdieron la Batalla de Maipú en 1818 y se refugiaron entre estos cerros.
Lo eligieron también dos connotados sindicalistas -Edgardo Maass y Domiciano Soto-, misteriosamente desaparecidos tras la “Marcha del hambre”, en 1951. Un episodio que fue conocido como “el complot de Colliguay” y que estuvo a punto de tumbar al gobierno de Gabriel González Videla. Lo sabían quienes instalaron aquí uno de los más secretos centros de detención tras el golpe de 1973. Lo recordaban los miembros de la célula del Frente Manuel Rodríguez (FMR) acusada de haber participado en el asesinato del senador Jaime Guzmán, que eligieron en marzo de 1993 ocultarse en estos parajes.
Y, más cerca en el tiempo, lo eligió el músico Raúl Castillo Gaete para instalarse con la secta que lideraba bajo el autodenominado nombre de “Antares de la luz” y realizar un macabro ritual que terminó con una guagua quemada viva en un ritual.
Salir al mundo
Judith Arriagada es la presidenta de la Junta de Vecinos de El Molino, el sector más poblado de Colliguay. Dice que ninguno de esos episodios fue protagonizado por gente de acá.
-Pero eso es lo que se conoce de Colliguay, y por eso queremos romper esa mala reputación y mostrar lo que es: un sector hermoso, con mucha riqueza natural, lindos paisajes, tranquilidad y gente trabajadora que quiere surgir.
La apuesta de los vecinos es avalada por el alcalde de Quilpué Mauricio Viñambres, quien está trabajando con distintos actores para potenciar al sector con actividades de ecoturismo. Cree que detrás de tanta gente buscando esconderse aquí están las características topográficas de Colliguay.
-Queremos que siga siendo un refugio, pero de quienes buscan tranquilidad.
Asegura estar implementando un plan para crear una sola área de turismo con el valle del Marga Marga, con su antigua iglesia y la viña de Los Perales, y sectores de La Retuca y Los Molles, donde hay restaurantes y otros atractivos y servicios.
A ello se suma un grupo de investigadores de Ciencias Vegetales de la Facultad de Agronomía e Ingeniería Forestal de la Universidad Católica, encabezado por la botánica Gloria Montenegro, que elaboró un circuito turístico-ecológico e imprimió una guía de bolsillo para apoyar al visitante, lo que ha fortalecido los esfuerzos de quienes han instalado una veintena de campings y cabañas en el vasto sector.
Existen otros emprendimientos que buscan sacar de su escondite el nombre de la localidad. Como el taller de 13 hilanderas que lleva 27 años de funcionamiento con ruecas que trajeron desde Nueva Zelandia, con las cuales hilan lana y producen tejidos a palillo y telar que han logrado prestigio por su calidad.
También está la asociación de apicultores, que el año pasado comercializó unos 75 mil kilos de miel; una fábrica de cerveza artesanal, y un centro de medicina natural.
Fabrizio Costa, quien trabaja en el camping “Las Vertientes”, cuenta que la mayor cantidad de emprendimientos corresponden a sitios de turismo, “pero solo tenemos actividad fuerte en el verano, porque en el resto del año la gente tiene dificultades de acceso”.
Para Judith Arriagada, los avances han chocado con dos problemas básicos: la falta de pavimentación del camino en el sector más peligroso, conocido como la cuesta de las “emes”, y la limitada capacidad de suministro de agua potable. Hoy existe una pequeña planta que abastece a 258 domicilios desde tres pozos profundos.
El gobernador de la provincia de Marga Marga, Christian Cárdenas, explica que existe un proyecto de ingeniería para mejorar el sistema de agua potable que requiere de $1.250 millones y que podría ejecutarse entre 2017 y 2018. En cuanto a los accesos, la prioridad está en mejorar la cuesta de 34 kilómetros, de los cuales hay 9 no pavimentados que colapsan en invierno. Con ello será más fácil llegar. Y más difícil esconderse.