Vecinos hacen su propia campaña antidelincuencia en un cuadrante de Providencia, con llamativo letrero

vecinosPor: Lilian Olivares.

El sector de avenida Suecia con El Aguilucho es llamado el “triángulo” del robo: Presidenta del “comité antidelincuencia” del barrio asegura que le pidieron que sacara el letrero, ya que el municipio pondría botón de pánico, pero respondió que lo mantendrá hasta que lo instalen.

Quien transita por la calle El Aguilucho para salir a Suecia, en Providencia, puede quedar intimidado o, al menos, alerta. Al llegar a la avenida, a mano derecha, hay cuatro domicilios seguidos con letreros que rezan: “Esta casa fue asaltada”. Y si uno mira hacia la otra vereda, también se encontrará con otros idénticos.

También los hay por calle Suecia, y entre ellos está el hogar de Edda Eugenia Donoso, la nueva “presidenta antidelincuencia” de los vecinos del barrio, que duerme al lado de una pantalla encendida. No con una serie de Netflix, como podría pensarse, sino con las imágenes de la puerta de su casa, del sector de la piscina, en el jardín, y donde estacionan los autos.

La noche en que comenzaron las lluvias que llevaron al fuerte temporal de abril (el jueves 14), será inolvidable para la familia Donoso. Al amanecer descubrieron el sorprendente robo: entre 6 y 8 extraños se habían llevado en andas una moto de 200 kilos, de su hijo, avaluada en más de $7 millones.

Una moto al hombro

Eugenia había tomado algunas medidas cuando, dos meses antes, extraños habían entrado a su protegido antejardín. Al ver que habían levantado el portón eléctrico, le puso candado. Pero la segunda vez lo levantaron igual después de cortar el candado. Y los delincuentes hicieron una tarea casi “milagrosa”: la moto estaba detrás de un auto y de una camioneta. No quedaba espacio para sacarla por el lado. La policía calculó que entre 6 u 8 personas la levantaron y la llevaron por sobre los otros vehículos.

Hoy, Edda Eugenia Donoso vive con una pantalla plana, del tamaño de un televisor, encendida sobre su velador. A veces ve una película y se le cruzan las imágenes, porque ya adquirió el hábito de estar constantemente mirando la pantalla que muestra lo que graban las cámaras de seguridad, distribuidas en el jardín y al interior de la casa, y lo que pasa en su tele.

“Ahora tengo sensores en todas partes”, lo que le ha agregado un nuevo inconveniente. Los gatos de la calle encienden las alarmas al activar los sensores en el barrio. Entre gatos y delincuentes, se sienten invadidos y encarcelados en sus propiedades.

Dice que la policía se ha portado muy bien. Y que un funcionario municipal le pidió que sacara el letrero con la leyenda, porque el municipio de Providencia iba a poner alarmas de pánico. Ella preguntó cuándo, y le respondieron que dentro de dos años. “Ah, ya, entonces dentro de dos años sacaré mi letrero diciendo que esta casa fue asaltada”, respondió Donoso, quien a mano alzada fue escogida como presidenta antidelincuencia cuando en su propia casa hicieron hace un mes una reunión con vecinos, policías y consejero municipal para analizar el problema que tiene al barrio sin dormir. Son 14 familias las que están inquietas, advierte.

Completamente enrejado

Entre ellas, la de Ramón Núñez, que también tiene letrero: “Me han entrado a robar tres veces y he ido aumentando mis niveles de protección. La última, terminé enrejándome completamente”.

A la propiedad de Gabriela Guerra han entrado seis veces, pero no han logrado introducirse al interior de la casa. Igual vivo asustada”, cuenta.

A Ramón Sazo lo asaltaron faltando diez para las doce de la noche, el año pasado. Saltaron el muro. Eran tres hombres armados con pistolas. “Me la pusieron aquí a cada rato”, cuenta. Y su señora acota: “Pasaba la bala una y otra vez”. Él resume: “Veinte minutos estuvieron aquí. Nos amarraron y nos amenazaron. No se lo damos a nadie. Mi camioneta la cargaron entera. El segundo piso lo vaciaron por completo”.

La madrugada del día siguiente apareció la camioneta abandonada en la población Lo Hermida, pero de las otras especies robadas y de los ladrones nunca más supieron. Mientras tanto, su domicilio luce el llamativo letrero: “Mi casa fue asaltada”.

EL BARRIO
Comienza en Avenida Suecia con Ámsterdam hasta Pedro Lautaro Ferrer, y limita con Los Leones y con Lyon.