En jornada marcada por la lluvia, el Día del Patrimonio movilizó a miles de chilenos
A un predio de 32 mil metros cuadrados comprados en Providencia a Ricardo Lyon, se mudó en 1932 el Santiago College desde su ya estrecha sede de Calle Agustinas. Tres años antes, con el patrocinio de las iglesias metodista y presbiteriana, el directorio del entonces internado para señoritas comisionó la elaboración de un proyecto arquitectónico a Josué Smith Solar, responsable del Club Hípico, entre otras edificaciones.
Convertido en el establecimiento más grande y moderno del país, esta obra ecléctica, de estilo renacimiento español pero con fama de “estilo inglés”, albergó hasta 2011 al recinto escolar, siendo hoy el Campus Los Leones de la U. San Sebastián. Y ayer abrió sus puertas a los capitalinos que quisieron conocerlo, guiados por estudiantes de pedagogía en historia de la misma casa de estudios.
Fue la primera vez que este espacio formó parte del Día del Patrimonio Cultural de Chile, siendo una de las más de 900 alternativas -incluido el mencionado Club Hípico- que hubo a lo largo del país.
La jornada, que viene llevándose a cabo desde 1999, sumó este año 300 nuevas actividades y también un invitado ingrato: la lluvia. El factor meteorológico no sólo aguó algunos “bicipaseos” en el casco antiguo de la capital y ciertas caminatas en las cercanías de Plaza Italia. También retrasó, según indican fuentes del Consejo de Monumentos Nacionales, el acopio de datos de la participación ciudadana, lo que impidió conocer en la misma jornada un cuadro preliminar de lo ocurrido. Así las cosas, sólo hoy habrá claridad respecto del número de asistentes a nivel nacional, que en la edición 2015 superó el medio millón.
Con o sin lluvia
Eso sí, con lluvia o sin lluvia, no varió el interés ciudadano por conocer antiguas edificaciones, aun si eso suponía hacer largas colas para actividades que arrancaron entre las 9 y las 10 de la mañana.
Así, en el centro político de la capital, el Palacio de La Moneda tenía a su ocupante más conpicua, la Presidenta Michelle Bachelet, mostrando su oficina a los visitantes y respondiendo a la curiosidad de un pequeño que le preguntó por un ejemplar de la Copa América. A pocos metros del lugar el ministro del Interior, Jorge Burgos, se dirigía a los asistentes a uno de los salones del palacio gubernamental. Y en la esquina, en el edificio de la Intendencia, el Intendente Claudio Orrego hacía lo propio.
En el espíritu de entender ampliamente “lo patrimonial”, y no circunscribirlo sólo a edificios o vestigios del pasado, la presente jornada tuvo de todo un poco: mientras el Archivo Nacional daba a conocer el más antiguo de sus documentos, firmado por los Reyes Católicos en 1480, se desarollaban a lo largo del país visitas a sistios arqueológicos y parques nacionales; mientras la Cineteca Nacional proyecto material que integra su acervo, una micro amarilla recorría distintas calles de la capital; mientras Manuel García cantaba en el Museo Violeta Parra, el GAM acogía clases de patines para principiantes; mientras el Banco Central mostraba sus lingotes de oro, el Palacio Rioja de Viña del Mar recibía más de 5 mil visitantes y unos personajes vestidos a la usanza del siglo XIX recorrían los andenes de la Estación Central de Santiago.