Polémica por prórroga de dos años y medio al cierre de calles San Diego y Bandera
Por L. Adriasola y M. Valencia.
Desde hace tres años que están con trabajos:
Comerciantes rechazan la ampliación del plazo por parte de Transportes. Alegan disminución en ventas.
“Sin comentarios”, fue la respuesta que se repitió ayer entre los comerciantes de las calles Bandera y San Diego, luego de enterarse de que el Ministerio de Transportes, a través de un decreto, prorrogó por otros dos años y medio el cierre de estas vías -entre Alonso Ovalle y Santo Domingo- por la construcción de la Línea 3 del Metro.
En mayo de 2013, ambas arterias -que son contiguas- fueron cerradas para realizar las excavaciones del túnel, ductos de ventilación y la estación U. de Chile de la futura Línea 3. Un mes después, los locatarios constataron reducciones del 50% en sus ventas, pues alegaron que los trabajos desmotivaron el tránsito peatonal.
Así, aguantaron con la esperanza de que el 8 de junio de 2016 -fecha en la que supuestamente terminarían las obras- estas calles retomaran su normalidad. Pero esto no sucederá: Transportes, a solicitud del Metro, decretó el cierre hasta el 31 de diciembre de 2018.
Desde la Seremi de Transportes informaron que se aceptó el requerimiento luego de establecer una serie de observaciones y condiciones asociadas a medidas de mitigación para el entorno, las que deben ser cumplidas a más tardar el 30 de junio.
Entre ellas destacan la semaforización del cruce peatonal de San Diego con Alonso Ovalle; revisar y mejorar todos los elementos de encauce peatonal en el eje Lord Cochrane-Amunátegui; evaluar la instalación de bicicleteros en la intersección de San Diego con Alonso Ovalle, sector sur, y levantar el estado de los paraderos de transporte público, la señalización y demarcación en el eje Lord Cochrane-Amunátegui.
En paralelo, desde Metro informaron que se creó una mesa técnica con el municipio y la Seremi de Transportes, en la cual se evaluó que el impacto ha sido menor de lo que se pensó, en cuanto a la afectación de locales comerciales y congestión, por lo que continuaron los trabajos.
Sin embargo, los comerciantes aseguran que desde que empezaron las faenas sus ventas cayeron en un 50%. “Nos hemos visto muy perjudicados, porque no hay público. Estamos desesperados”, afirma Sonia López, propietaria del local 71 de libros de San Diego.
Para sopesar las pérdidas, la alcaldesa de Santiago, Carolina Tohá, anunció que el municipio trabajará en promocionar los locales que siguen funcionando para que los peatones vayan a comprar. “El problema es que los comerciantes puedan llegar y resistir hasta ese momento (fines de 2018), ya que cuando ese momento llegue, todos se beneficiarán”, aseguró.