Rotura de matriz afectó a más de un millón de personas y alterará el tránsito durante 15 días
Por: M. Valencia, P. Gutiérrez y L. Adriasola.
Sanitaria Aguas Andinas supo 43 días antes que había filtraciones en ese sector de Providencia:
Solo la reparación del socavón que cortó la calzada norte de avenida Providencia costará $100 millones. Regulador abrió investigación a la sanitaria, e intendente (s) anunció que Metro interpondrá acciones legales.
La misma imagen alertó a los cinco primeros conductores de Metro que desde las 05:45 horas de ayer comenzaron a circular entre las estaciones Baquedano y Salvador de la Línea 1: una verdadera cascada de agua escurría por las juntas de dilatación cercanas al ducto de ventilación sur de la estación Salvador. Entonces, a eso de las 06:00 horas, uno de los funcionarios llamó a la gerencia, y enseguida la empresa avisó al ministro de Transportes, Andrés Gómez-Lobo.
Aunque la falla había ocurrido unas dos horas antes, recién en ese momento la sanitaria Aguas Andinas confirmó a las autoridades que una matriz de agua potable ubicada bajo avenida Providencia, frente al Museo de los Tajamares, tenía una rotura, y que el agua se filtraba tanto por la superficie como hacia el túnel del tren subterráneo, cuya vía se convirtió en un pequeño río en cosa de minutos.
Así, cuando la hora punta matinal estaba por comenzar, Transportes optó por suspender el servicio de la Línea 1 entre Los Héroes y Tobalaba, lo que de paso obligó a dejar sin efecto la restricción vehicular a catalíticos por la primera preemergencia ambiental del año.
A esa hora el agua ya ingresaba por los subterráneos de una decena de edificios de las calles Monjitas, Estados Unidos y Namur, a 53 días del desborde del río Mapocho, que también afectó a Providencia y a Santiago.
Como si se tratara de un efecto dominó, cerca de las 8:00 horas un socavón de casi un metro de diámetro obligó a prohibir el tránsito en la calzada norte de avenida Providencia.
En plena hora punta matinal, el eje Alameda-Providencia, columna vertebral de Santiago, quedaba parcialmente cortado.
Como Metro no pudo normalizar la Línea 1 en el resto del día, 600 mil pasajeros quedaron fuera de los trenes, y otro millón de personas vieron alterados sus viajes por la saturación de los buses del Transantiago. Solo entre un 30% y un 40% de ellos pudo abordar 100 buses (50 interurbanos) que operaron como “clones” del metro.
El resto convirtió las veredas y parques de Alameda y Providencia en vías peatonales. Esto recrudeció en la hora punta de la tarde. Los usuarios no se mostraron satisfechos con el servicio de buses de apoyo. “Terrible”, “horrible”, “un abuso”, fueron algunos calificativos.
Anoche, Metro confirmó que reanudará el servicio en la Línea 1 a las 05:45 horas de hoy. Rubén Alvarado, su gerente general, advirtió que la frecuencia podría ser menor a la normal.
Falla era conocida
Los problemas de la matriz comenzaron al menos en abril. El 28 de ese mes el municipio de Providencia avisó a Aguas Andinas que había filtraciones “de carácter grave”. Al día siguiente, personal de la sanitaria extrajo muestras de agua.
El 10 de mayo, el director de Obras de Providencia, Sergio Ventura, pidió un informe final sobre las causas y soluciones, a lo que el gerente zonal de Aguas Andinas, Carlos Alarcón, respondió el 7 de junio que no había sido posible determinar el origen del agua y que se pediría autorización a la Seremi de Salud para rastrearlo con gas helio.
La Superintendencia de Servicios Sanitarios anunció una investigación de 10 días hábiles. Aguas Andinas arriesga una multa de hasta $548 millones.
Y el intendente (s), David Morales, anunció que “Metro va a generar acciones legales, porque como Gobierno no vamos a dejar pasar esta situación”.
El jefe de comunicaciones de Aguas Andinas, Christian Esquivel, asumió la responsabilidad de la compañía. “Somos dueños de las redes de agua potable, así que lo que pase es nuestra responsabilidad. Estamos catastrando a las personas que hayan sido afectadas”. Dijo no saber si la matriz dañada había cumplido su vida útil.
Según estimaciones técnicas del Gobierno, la reparación obligará a construir un muro de contención hacia el Museo de los Tajamares y a reponer la carpeta de rodado de Providencia. Esto costará unos $100 millones y tomará, en principio, dos semanas.
Otro caso
Aguas Andinas ya fue indagada por el corte que en abril dejó sin agua a 4 millones de personas por dos días. Empresa que remodeló Museo de Tajamares asegura que advirtió del riesgo en 2014No más de diez días duraron en 2014 los trabajos que pretendían remodelar el Museo de los Tajamares de Providencia. Respaldadas por estudios de ingeniería del municipio, las excavaciones avanzaron hasta toparse con el túnel de la Línea 1 de Metro, lo que obligó a congelar las obras, que incluían una cafetería.
Hasta hoy, Carlos Abell Soffia, cuya empresa constructora ganó dicha licitación, reclama que la Municipalidad de Providencia no le recepciona los trabajos y desconoce una deuda que él calcula en $400 millones, por las inversiones que realizó para un proyecto que, finalmente, no pudo ejecutar.
Según Abell, el forado que quedó en el museo -que es Monumento Nacional- solo fue tapado con tierra, lo que él habría advertido en su momento a la municipalidad.
“Nosotros le advertimos a la municipalidad que habría que preocuparse de la obra. El hoyo que daba al metro se reparó, pero no era 100% impermeable. El forado quedó tapado con cuatro metros de tierra y eso debe haber cedido y por ahí debe haber entrado el agua”, plantea el constructor.
Añade que durante mayo personal de Aguas Andinas se presentó en tres ocasiones para revisar las filtraciones de agua.
Además, relata que tres días antes de la emergencia, el lunes pasado, fue desalojado del lugar por un decreto.
El empresario anunció que demandará al municipio por incumplimiento del contrato, ya que señala que la obra aún depende de él, por no tener la recepción municipal.
“El Mercurio” consultó a la Municipalidad de Providencia por estos antecedentes, pero sus encargados declinaron referirse al tema.
El museo donde se guardan algunos de los tajamares del río Mapocho -construidos sobre la base de ladrillos, cal y arena entre los siglos XVII y XIX- permanece cerrado desde 2003, justamente para evitar inundaciones, pues al estar situado debajo de avenida Providencia era común que se anegara en días de precipitaciones.