Expertos advierten aumento de daños en zona de geoglifos en Región de Antofagasta
Nuevo catastro en cerca de 19 mil hectáreas demorará un año: Deterioro en sector de alto valor patrimonial -Chug Chug-, a unos 300 kilómetros de la capital regional, habría aumentado en 40%, producto de la acción humana y de vehículos.
Huellas humanas y de vehículos, la mayoría todo terreno; turismo informal e instalación de torres de alta tensión son las principales causas del daño provocado en algunos de los sectores en donde se encuentran los antiguos geoglifos de Chug Chug, ubicados en el límite de las comunas de Calama y María Elena, a unos 300 kilómetros de la ciudad de Antofagasta.
Allí, en el árido desierto de Atacama, entre laderas y cerros, existen alrededor de 500 figuras de arte rupestre a lo largo de una antigua ruta caravanera que unía los oasis de Calama y Quillagua, y la costa pacífica de Tocopilla.
Es el sitio de geoglifos más grande de la Región de Antofagasta y uno de los más importantes del mundo, el cual fue incluido en la lista de los 50 lugares en peligro del World Monuments Watch 2016, organización internacional dedicada a la preservación de sitios de arquitectura histórica y patrimonio cultural de todo el mundo, con sede en Nueva York.
En dicha zona y según catastros de la Fundación Desierto de Atacama, quienes están desde enero de 2015 con un campamento fijo en Chug Chug junto a la comunidad indígena aimara de Quillagua, hace seis años se estimaba que cerca del 25% de los geoglifos presentaba algún tipo de daño, todos irreparables.
“Son 18 sitios, en total unas 19 mil hectáreas, que concentran los geoglifos, por cordones de cerros y laderas. En esta zona comenzamos un nuevo diagnóstico que estará listo a fin de año, pero ya se puede estimar que el daño patrimonial aumentó, por lo menos, un 40% en la zona”, sentencia Paulina Illanes, conservadora arqueológica de la fundación.
Agustín Llagostera, arqueólogo de la Universidad de Antofagasta, agrega que “el principal daño es producto del paso de vehículos todo terreno y la poca conciencia que existe del valor patrimonial de la zona (…); son manifestaciones antiguas que presentan un daño irreparable”.
Los geoglifos se concentran en su mayoría en solo cinco países: Estados Unidos, Australia, Inglaterra, Perú y Chile.
En la actualidad, además, se busca proteger la zona con la creación de un parque arqueológico que regule las visitas.
SITIOS
Los geoglifos están repartidos en 18 sectores, entre el límite de Calama y María Elena.