Transportes apuesta a subsidios para revertir la merma del parque de buses en regiones
Por: Manuel Valencia y Equipo de Regiones
En varias ciudades pequeñas, los microbuses han sido reemplazados por los taxis colectivos: En las llamadas “zonas de exclusión”, los operadores deben cumplir con requisitos de frecuencia y calidad a cambio del aporte estatal.
Hasta el año pasado, Dagoberto Díaz fue el único micrero de Taltal. Tras la muerte de su padre, que por años trabajó en el rubro, manejó su micro verde por un tiempo, hasta que la detuvo para siempre en 2015. Para suplirlo, el municipio implementó un bus que recorre la ciudad sin costo. “Se demora una hora, descansa 15 minutos y vuelve a salir. Está haciendo no menos de ocho vueltas diarias”, dice el alcalde Sergio Orellana.
Así, la comuna intenta evitar lo que sucede en una decena de ciudades del país que, según constató “El Mercurio”, se están quedado sin microbuses.
En urbes como Chañaral, Diego de Almagro, Parral, Lebu o Puerto Natales, estos buses han sido reemplazados por taxis colectivos, que generan más congestión y largas esperas para los pasajeros.
La tendencia se aprecia en un informe del Ministerio de Transportes. Si bien el parque total de buses de las principales ciudades de regiones disminuyó solo 1,2% (a 8.778) entre 2009 y 2016, hay caídas más pronunciadas en Coyhaique (-68%), Punta Arenas (-44%) y Copiapó (-33%) (ver infografía).
¿Esperar o almorzar?
En Diego de Almagro, Madelein Ledesma se acostumbró a los colectivos, “pero tengo que gastar más plata, porque cuestan $1.000 y $2.000 en la noche”. Allí, y en comunas como Alto del Carmen y Freirina, el auge minero aumentó el parque de vehículos particulares.
En O’Higgins hay grandes déficits de buses en Paredones (37%), La Estrella (48%) y Pichilemu (26%). Más al sur, en Parral, ya no hay micros urbanas. “Eran muy viejas y quedaban en pana en cualquier parte”, recuerda el director de Tránsito, Adelqui Millar. En Coyhaique, apenas subsisten 18. “Es urgente la necesidad. A la hora de colación, me demoro más en esperar (un colectivo) que en almorzar”, reclama Paz Soto.
En Punta Arenas, a fines de la década pasada se implementó una flota de 61 buses a gas, cuyo contrato expiró en mayo. El actual operador desea salir del negocio, lo que inquieta a los usuarios.
El ministro de Transportes, Andrés Gómez-Lobo, apuesta al rol que juegan los fondos espejo del Transantiago. “Ya se ha visto el efecto del subsidio en estas zonas donde los buses están regulados y reciben aporte estatal desde 2010. Es en esas ciudades, precisamente, donde no disminuye, y en la mayoría de los casos aumenta el parque”, explica el secretario de Estado.
Ahora, el Gobierno busca incrementar el subsidio para modernizar flotas y subsidiar tarifas en los “perímetros de exclusión”, zonas con requisitos de frecuencia y calidad a cambio del aporte estatal. “Avanzamos en ciudades como Villarrica, donde prontamente comenzarán a verse mejoras”, afirma Gómez-Lobo. “También seguimos trabajando en otras ciudades como Temuco, Talca, Castro”, añade.