La máquina voladora que radiografía el esmog
Se podría decir que el único drone que mide la contaminación en Santiago es una artesanía electrónica. Además de ser un equipo capaz de volar hasta 1.500 metros de altura, de tener una autonomía de viaje de 20 minutos e incluso de derribar a un avión si se le cruza, esta navecilla fue equipada por sus propios padres, un par de investigadores de la U. de Santiago, quienes le agregaron sencillos instrumentos que se comercializan en el retail para operar.
La unidad puede ser adquirida en el mercado -tiene un costo de $5 millones-, como cualquier otra destinada a fotografiar o filmar. Pero a este vehículo se le instaló un instrumento llamado etalómetro o filtro que capta carbono y material particulado fino (MP 2,5). Además, registra la temperatura y la presión atmosférica. Con todo, pesa 5,4 kilos.
El académico del Departamento de Física de la U. de Santiago, Ernesto Gramsch, señala que este equipo fue financiado por Fondecyt. El científico ya había intentado una acción similar en 2007, cuando adosó medidores de esmog en un avión Pillán, pero sólo alcanzó a realizar algunos recorridos, pues la aeronave era ocupada en otros fines.
Casi una década después, el drone genera expectativas sobre su desempeño: “El recorrido parte en el estadio de la U. de Santiago y realiza vuelos en Estación Central, pues ese fue el perímetro definido por la autoridad”, dice.
Y aunque se ha hecho una marcha blanca desde 2015, recién en marzo de este año comenzó a monitorear oficialmente. Los resultados llaman la atención, dice Gramsch, pues se han detectado “bolsas” de contaminación o zonas donde hay alta acumulación de polución muy cerca del suelo. “Se mantienen largo rato, aunque se cree que estas masas tienden a dispersarse por la ciudad”, sostiene. El equipo también mide la temperatura en altura, lo que permite conocer a qué distancia está ubicada la capa donde se mezcla la contaminación y el aire. Explica que si la polución permanece cerca del piso, se generan episodios críticos como alertas, preemergencias o emergencias ambientales, pues las estaciones de medición registran las partículas. El drone ha detectado que esta capa de esmog se ubica a unos 150 metros de altura.
El piloto de la máquina e ingeniero mecánico de la misma casa de estudios, Freddy Faúndez, afirma que le tocó diseñar la nave en 3D con sus nuevas herramientas, los que debían ser de bajo peso para mantenerlos en el aire. Pero para que se permitiera el vuelo del equipo debieron pasar por un largo procedimiento ante la Dirección General de Aeronáutica Civil (DGAC), la que autorizó recorridos tres veces a la semana. Los expertos deben informar a la repartición antes de salir a medir para evitar accidentes con otras aeronaves.
Cristián Ayala, colaborador del estudio y físico de la Usach, plantea que el proyecto interesa, pues “se miden los niveles de contaminación lejos de las fuentes fijas, como automóviles o las industrias, que pueden alterar los datos”.
El subsecretario de Medio Ambiente, Marcelo Mena, afirma que apoya la investigación en esta materia. Por ello, dice que la cartera también comenzó a usar nuevos instrumentos para complementar los datos de la red de estaciones de medición de calidad de aire, las que llegan a 55 en Chile. Añade que se lanzan globos sonda “que entregan información sobre la meteorología de Santiago, para prever qué sucederá al día siguiente”.
A esa unidad se suma la estación móvil que monitorea la polución, inaugurada este mes. La autoridad agrega que se pueden detectar partículas ultrafinas y gases que generan el calentamiento global.
Resto de junio se prevé más contaminado
Ayer se cumplieron cinco días de mala calidad de aire en Santiago, condición que se mantendría hasta mañana domingo. Así lo anunció el subsecretario de Medio Ambiente, Marcelo Mena, quien indicó que aunque las condiciones meteorológicas en los últimos meses fueron benignas, esta semana es una de las que ha mostrado más episodios continuos de contaminación en lo que va de 2016. Cerro Navia ayer marcó un peak de MP 2,5 de 288 puntos, al borde de una preemergencia.