Población chilena es la segunda de Sudamérica más expuesta a la contaminación lumínica
Los cielos del norte de Chile son reconocidos por sus privilegiadas condiciones para la astronomía. Por lo mismo, son varios los observatorios internacionales que se han construido principalmente en las regiones de Antofagasta, Atacama y Coquimbo.
En estas regiones, los centros astronómicos fueron construidos alejados de las ciudades para que la observación no se vea afectada por la luminosidad artificial que en exceso, mal orientada o en horarios en que no se requiere da origen a la contaminación lumínica.
Este fenómeno ocurre en todo el mundo y afecta a más de un 80 por ciento de la población global, según el Atlas Mundial de la Contaminación Lumínica, una nueva publicación que fue elaborada por un equipo de científicos de Alemania, EE.UU., Italia e Israel, en la que quedan en evidencia cuáles son los sectores más expuestos del planeta.
En este sentido, los creadores del atlas son enfáticos y sostienen que la contaminación lumínica “es una de las formas más generalizadas de alteración del medio ambiente”, y agregan que “ya no es sólo una cuestión para los astrónomos profesionales”.
Y es que los efectos de este tipo de contaminación son causante de alteraciones en el organismo de animales y personas, además de aumentar las probabilidades de desarrollar algún tipo de cáncer. Por lo mismo, el estudio publicado en la revista de la Asociación Americana para el Avance de la Ciencia (AAAS), no solo está dirigido a astrónomos, sino que también a quienes trabajan en economía, medio ambiente, ecología y en la planificación del uso de suelo.
¿Cuáles son los países más afectados?
Según se plantea en la investigación, no es posible cuantificar la contaminación lumínica. Sin embargo, utilizando un software que mide la propagación de la luz, utilizando nuevas mediciones para el brillo en el cielo y usando un satélite de alta resolución, fue posible obtener que el 99% de la población estadounidense está expuesta este tipo de contaminación.
Combinando estos datos, los científicos elaboraron una serie de mapas con una escala de colores que representa el nivel de contaminación lumínica. Así, las zonas menos afectadas están identificada en gris, mientras que las más expuestas son las de colores más claros, teniendo como punto máximo el blanco.
Utilizando esta escala los investigadores reconocieron que los territorios de África Central, Oceanía y el Amazonas conservan cielos en buenas condiciones. En contraste, Singapur y San Marino son los más afectados a nivel global, ambos expuestos en un 100% a la contaminación lumínica. Muy cerca están Malta (89%), Catar (55%), Bélgica y Kuwait (ambos con un 51%), Trinidad y Tobado y los Países Bajos (43%) e Israel (42%).
En Sudamérica, las zonas urbanas están expuestas en diferentes niveles, pero aún sin tener extensas superficies contaminadas. De hecho, si se toma como referencia que el rojo indica aquellas áreas en donde la Vía Láctea ya no es visible -que debería serlo a simple vista- son muchas menos que en Europa y el lado este de Estados Unidos.
No obstante, esto no quiere decir que los cielos de la región son ideales porque un 57,7% de la población de Argentina vive en áreas muy contaminadas en términos de luminosidad, lo que lo convierte en el país de Sudamérica más expuesto.
En segundo lugar está Chile, en donde un 39,7% de la población está expuesta. En el caso de nuestro país, se distingue que la zona centro-sur es la más expuesta, en contraste con las regiones más australes.
A continuación te dejamos con los mapas del estudio correspondientes a África, Asia y Oceanía.
El informe del “Atlas Mundial de la Contaminación Lumínica” lo puedes descargar aquí (disponible solo en inglés).
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