“La arrogancia del espacio” o la dispar asignación de espacio vial en Moscú
Durante el siglo XX los paradigmas de movilidad urbana empezaron a cambiar paulatinamente, pasando de uno centrado en el automóvil a otro sustentable que incorporaba las caminatas, las bicicletas y el transporte público.
Producto de esto, se hizo más visible que las calles fueron diseñadas como si el centro de la movilidad fuera el automóvil y como consecuencia se le asignó la mayor cantidad de espacio vial en comparación a otros modos.
A pesar que con el tiempo nos (mal) acostumbramos a esto, hoy existen distintas iniciativas para evidenciar esta situación. Una de ellas es la que creó el experto en movilidad sustentable y fundador de la consultora Copenhagenize, Michael Colville-Andersen, denominada “La Arrogancia del Espacio”.
Usando fotografías de las avenidas y calles de distintas ciudades muestra en distintos colores cuál es el espacio asignado a los peatones, ciclistas y automóvilistas, además de las áreas verdes, los edificios y los sectores “muertos”, o sea, en donde no es posible realizar alguna actividad.
Con este esquema hemos podido ver cómo es la “Arrogancia del Espacio” en calles de Calgary, París y Tokio (mira los diagramas acá), además de cómo es en Copenhague si se aplica a los estacionamientos para automóviles, dejando espacio subtulizado (lo puedes ver aquí). La última ciudad en ser incorporada a esta representación fue Moscú.
A partir de una fotografía de la principal avenida de la capital rusa, Tverskaya, el equipo de diseño de la consultora identificó la distribución de espacio vial para los diferentes modos de movilidad.
A simple vista queda claro que en el espacio vial tiene dominio el automóvil, esto es, “un océano rojo es tremendamente evidente”, según describieron los miembros del Copenhagenize. Asimismo, afirman que “los conceptos de ingeniería de transporte del siglo pasado persisten en Moscú”.
No obstante, al comparar el número de peatones y de automovilistas, nos damos cuenta que la metodología de Copenhagenize para estos casos no puede tener un mejor nombre. La arrogancia es tal que los ciudadanos que se desplazan a pie (248) son casi el doble de los automovilistas (133) que no solo tienen más espacio asignado, sino que incluso este espacio se desperdicia.
En el diagrama inferior es posible reconocer que de todo el espacio vial asignado a los automovilistas (rojo pálido), solo una pequeña parte es ocupada realmente (rojo más fuerte).
En Chile, particularmente en Santiago, la situación poco a poco se ha inclinado en favor de la movilidad sustentable. En este sentido destaca el Plan Centro de la Municipalidad de Santiago que comprende ampliar las veredas de siete ejes del centro en un 50% y ellas asignar una vía exclusiva para los buses del Transantiago en donde podrán ingresar los automóviles bajo ciertos casos.
Como resultado de esta intervención, la calle Compañía quedó tal como se observa en la imagen inferior.
Esto es hermoso. Paso a paso Santiago avanza hacia una nueva lógica urbana donde las personas son protagonistas. pic.twitter.com/MFbRgX9kdo
— Claudio Olivares M. (@bicivilizate) 26 de enero de 2016
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