Regiones del país conviven con sus propias restricciones vehiculares, y no solo terrestres
Por: M. Rojas, S. Neira, A. Barría y Equipo Regiones .
No son sinónimo de contaminación, como en Santiago, sino de congestión y falta de caminos: Están asociadas al transporte público en centros urbanos, uso de puentes y también por impacto de camiones en ciudades. En el extremo sur y austral, en cambio, están ligadas a las condiciones para navegar entre localidades aisladas y alejadas.
En Ovalle es voluntaria, funciona, y se asocia a la calidad de vidaEn Ovalle, un proceso voluntario introdujo una restricción vehicular hace ocho años para los colectivos. Diariamente salen del parque 200 automóviles, de un total de mil inscritos. El método es mediante la elección de dos dígitos de la patente. Según Héctor Maluenda, vicepresidente de la Federación de Colectivos, sirvió para sacar la revisión técnica, mantener los vehículos, disfrutar con la familia y realizar trámites. “Hemos conversado para levantarla, pero las bases se niegan”, añade el dirigente.
En la Quinta Región hace doce años que hay algún tipo de restricción vehicular para el transporte público. Inicialmente fue para la provincia de Valparaíso, lo que se modificó en 2006 por el inicio del Sistema de Transporte Metropolitano de esa zona. Esto sacó de la restricción a los buses, dejándola solo para taxis colectivos. En la provincia de Valparaíso hay 6.500 taxis colectivos, y la restricción permite sacar del parque, de lunes a viernes, un 20% de los taxis colectivos. Se restringen dos dígitos por día.
También hay restricción en la provincia de San Antonio desde 2005, la que opera en base a dos dígitos, y supone la salida del 20% del parque de taxis colectivos, rurales y urbanos, que suman unos 1.300 vehículos.
En Concepción rige parte de la que se aplicó después del terremoto de 2010, cuando la ciudad perdió un puente y varias calles. La medida rige en el puente Llacolén, que une San Pedro de la Paz y Concepción, y prohíbe que circulen camiones entre las 7:30 y las 09:00 horas.
Según César Arriagada, seremi de Transportes, está en evaluación aplicarla en San Pedro de la Paz. “A fines de 2014 hicimos mediciones para ver el impacto de una de dos dígitos, pero no ameritaba”, dice.
A lo anterior se suma que taxis colectivos y micros que unen Concepción con Coronel y Lota aplican restricción voluntaria de un dígito.
En Rancagua y Arica también hay medidas similares para el transporte público. Y en Antofagasta afecta a unos 3 mil camiones.
Aluviones, material particulado, vías exclusivas y ensanchamientoEn forma excepcional, durante 2015 hubo restricción vehicular en Copiapó, sobre todo en el centro de esa ciudad, debido a los altos niveles de polvo en suspensión que dejaron los aluviones que afectaron a gran parte de la Región de Atacama, en marzo de ese año. Casi seis meses después, en septiembre del año pasado, la medida fue suspendida por las autoridades, luego que los niveles de calidad del aire volvieran a la normalidad.
Actualmente en Copiapó no está considerada la restricción de vehículos para enfrentar congestiones, pero la seremi de de Transportes sí tiene un proyecto para implementar vías exclusivas, lo que depende de la reparación de todas las calles dañadas por los aluviones.
Esto último aún no finaliza en la capital de Atacama.
Otras medidas contempladas por las autoridades son modificar la actual ubicación de contenedores de basura, perfeccionar los horarios de carga y descarga en el centro de la ciudad, reordenar los estacionamientos de vehículos particulares, fiscalizar en lugares de mayor congestión, fomentar el uso de ciclovías y también mejorar el mantenimiento y sincronización de la actual red de semáforos.
Más al sur, en la Región de la Araucanía, no hay restricción vehicular propiamente tal, pero hace algunos meses se estableció una calle del centro de Temuco para que funcionara de modo exclusivo para la locomoción colectiva. En esta zona del país, como en muchas otras ciudades de regiones, las calles siguen siendo angostas, el parque de vehículos sube cada año y son pocas las alternativas de ensanchar las vías.
Y en el extremo austral, en la Región de Magallanes, Gabriel Muñoz, seremi de Transportes, cuenta que se trabaja en dos proyectos para mejorar la congestión vehicular: un estudio de prefactibilidad del rodoviario interprovincial y en la instalación de una unidad operativa de control de tránsito, que coordinará el sistema de semáforos automatizados en toda la ciudad de Punta Arenas.
Operación de barcazas y dragados para mantener la conectividadUna restricción distinta, al arbitrio de Eolo, es la que sufren, especialmente en invierno, los miles de habitantes entre las regiones de Los Ríos y Magallanes que dependen de la conectividad marítima, fluvial o lacustre para desarrollar sus actividades diarias.
Incluso entre pequeños poblados y con el resto del país, deben recurrir a botes o barcazas, en el caso de los vehículos, y es la autoridad marítima la que determina si las condiciones son aptas para navegar.
Incluso, a falta de un camino continuo, la principal conectividad entre las regiones de Los Lagos y Aysén es una ruta bimodal, que combina tramos terrestres y el cruce en barcaza en tres sectores de la Carretera Austral. Similar a lo que ocurre en la Ruta 5 Sur, que se interrumpe en Pargua, donde se cruza el canal de Chacao en ferry , para continuar luego por tierra entre Chacao y Quellón.
Sorprendentemente, desde hace un par de años, la restricción se extiende en algunos sectores al verano, a raíz de la sequía, que complica la operación de las barcazas en sectores lacustres, como el lago Tagua Tagua, vía obligada hacia Llanada Grande y las localidades de Segundo y Primer Corral, en la comuna de Cochamó, en Los Lagos.
“Nos hemos visto muy afectados por la suspensión del servicio de la barcaza. No podíamos transitar en vehículo, y aunque está momentáneamente resuelto, no hay solución definitiva”, dice Sergio Díaz, residente del sector de Llanada Grande, en Cochamó.
Patricio Villanueva, director de Obras Portuarias en esa región, explica que el bajo caudal en el río cercano obstruye la operación, por lo que debieron trabajar con maquinaria pesada para dragar el acceso.
Y aunque Coyhaique, en Aysén, es la ciudad más contaminada de Chile, con un parque automotor que subió de 8 mil vehículos a 21 mil desde 2008 tras la implementación de la Extensión de Zona Franca, aún no hay proyectos para fijar restricción vehicular, mientras el uso de leña sigue siendo la principal fuente de contaminación.