Transantiago: firmas en crisis mantienen índices de baja calidad de servicio
Por: Oriana Fernández G.
El tiempo que esperan los pasajeros por un bus es uno de los indicadores más relevantes en el Transantiago, dado que si ese plazo se extiende más de lo deseable, las personas no llegan a su destino en un período aceptable. Las empresas Subus y Alsacia -ambas en crisis financiera por no pago a sus acreedores-, registraron malos resultados en esos servicios, según el último ranking elaborado por el Directorio del Transporte Público Metropolitano (DTPM), que monitoreó el funcionamiento de los operadores entre enero y marzo pasado.
Los resultados de la medición señalan que Subus registra un cumplimiento de 79,5%, mientras que la base que exige el Estado para la operación es de 80%, es decir, que ocho de cada servicios pasen a la hora determinada por los puntos acordados. La cifra es idéntica a la obtenida en igual trimestre de 2015.
En cuanto a la frecuencia del operador -implica la cantidad de salidas a la calle para ser regulares- esta firma también tuvo un descenso de casi un punto en un año, aunque está por sobre el mínimo solicitado por la autoridad (ver infografía).
En Subus -empresa que deberá presentar un plan para el pago a sus acreedores en 30 días-, se plantea que su operación, “se ve impactada fuertemente por el lugar desde donde comienzan los servicios (cabeceras). El 83% de los recorridos parten fuera y lejos de nuestros terminales, lo que nos impide obtener mejores resultados”, por lo que demoran más en llegar a su destino. Por ello, indican que no es posible comparar los datos entre las compañías, pues poseen un funcionamiento diferentes.
En el caso de Alsacia -firma que no ha podido pagar un bono de US$ 9,3 millones en el exterior-, tuvo el más bajo desempeño en cuanto a la frecuencia de los siete operadores del sistema, con un 93,5%. En la concesionaria se sostiene que no cuenta con la cantidad de buses necesarios para cumplir con el plan que el gobierno solicita. “Fue la propia DTPM quien reconoció que nos faltan 133 buses para cumplir con el plan que nos imponen”, dicen. Agregan que se trata de los vehículos más viejos del sistema, por lo que requieren más tiempo y recursos para la mantención. La firma precisó que aumentó un 1,3% en frecuencia respecto al mismo trimestre de 2015, y de 3% en regularidad.
Planes
En el Directorio del Transporte Público Metropolitano señalan que es relevante cada exigencia se cumpla. “Nuestro objetivo es mejorar la calidad del servicio entregado a los usuarios y, en ese sentido, los indicadores antes mencionados son esenciales. Por lo mismo, nos preocupa cuando, de manera recurrente, algunas empresas operadoras no logran repuntar”, añaden. El gobierno plantea que “cada empresa es responsable de desarrollar sus propios planes para mejorar su operación”.
Alejandro Tirachinni, académico de Ingeniería en Transportes de la U. de Chile, asegura que ante estos resultados “las personas pueden llegar a castigarlos y no usar el servicio”. Así, por ejemplo, Alsacia, registró 115.906.780 validaciones (lo que impacta en los ingresos por pasajero transportado), en 2014, mientras que bajó a 108.394.947, en 2015. En tanto, Subus, tuvo 175.937.644 validaciones, en 2014 y descendió a 168.024.519, un año después, según los últimos informes del sector.
Tirachinni añade que otro efecto de la baja frecuencia es la evasión del pago del pasaje, debido a que las personas se suben al bus de manera masiva sin usar la Bip.
¿Por qué algunas empresas poseen malos resultados y otras mantienen un positivo balance en el tiempo? Raimundo Cruzat, ex coordinador del Transantiago, sostiene que impactan varios aspectos como el tipo de flota: “Para las empresas grandes se torna complejo programar la operación de tantos conductores, buses y recorridos”.
A esto se suma que hay compañías que tienen mejor desempeño por circular por corredores (se acorta tiempo de desplazamiento) y que algunas cuentan con la gestión de la flota, comunicación con los conductores y retiro de máquinas en mal estado de las vías.
